Los Misterios de Hermes
Gran Fundador, Hermes Trismegisto, “el elegido de los dioses”, quien murió
en el antiguo Egipto, cuando la raza actual estaba en su infancia. Contemporáneo
de Abraham, y, si la leyenda no miente, instructor de aquel venerable sabio,
Hermes fue y es el Gran Sol Central del Ocultismo, cuyos rayos han iluminado
todos los conocimientos que han sido impartidos desde entonces. Todas las bases
fundamentales de las enseñanzas esotéricas que en cualquier tiempo, aun las más
antiguas doctrinas de la India han tenido su fuente en las enseñanzas
herméticas.
Desde la tierra del Ganges muchos ocultitas avanzados se dirigieron hacia
el Egipto para postrarse a los pies del Maestro. Estableciéndose así firmemente
la Doctrina Secreta. De todas partes del globo vinieron discípulos y neófitos
que miraban a Hermes como el Maestro. El estudiante de religiones comparadas
puede fácilmente percibir la influencia tan grande que las enseñanzas
herméticas han ejercido en todas las religiones.
La obra de Hermes parece haberse dirigido en el sentido de sembrar la gran
verdad que se ha desarrollado y germinado en tantas y tan extrañas formas, más
bien que en el de establecer una escuela de la filosófica que formas, más bien
que en el de establecer una escuela de la filosófica que dominara el
pensamiento del mundo. De los labios a los oídos fue transmitido este
conocimiento entre esos pocos. Siempre han existido en cada generación y en los
diversos países de la tierra algunos iniciados que conservaron viva la sagrada
llama de las enseñanzas herméticas, y que siempre han deseado emplear sus
lámparas para encender las lámparas menores de los del mundo profano.
Los hombres no han olvidado aun los preceptos de Hermes respecto a la transmisión
de estas enseñanzas a los que estén preparados para recibirlas, acerca de lo
cual dice El Kybalion: “Donde quiera que estén las huellas del Maestro, allí,
los oídos del que esta pronto para recibir sus enseñanzas se abren de par en
par” Y además: “Cuando el oído es capaz de oír, entonces vienen los labios que
han de llenarlos con sabiduría”.
Los hermetistas nunca han deseado ser mártires, sino que, por el contrario,
han permanecido retirados, silenciosos y sonrientes ante los esfuerzos de
algunos que se imaginaban, en su ardiente entusiasmo, que podían forzar a una
raza de barbaros a admitir verdades que solo pueden comprender los que han
avanzado mucho en el Sendero.
Capítulo I.- La filosofía hermética: “Los labios de la sabiduría permanecen
cerrados, excepto para el oído capaz de comprender”
El Kybalion.- Desde el antiguo Egipto, durante centurias enteras. La patria de
las pirámides y de la Esfinge, fue la cuna de la Sabiduría Secreta y de las
doctrinas místicas. Todas las naciones han sacado las suyas de sus doctrinas
esotéricas, La India, Persia, Caldea, Medea, China, Japón, Asiria, la antigua
Grecia y Roma, se aprovecharon libremente de las doctrinas formuladas por los
hierofantes y Maestros de la tierra de Isis.
El Egipto fue
la residencia de la Gran Logia de las fraternidades místicas. Entre esos
grandes maestros existió uno al que los demás proclamaron "el Maestro de
los Maestros". Este hombre, si es que puede llamarse "hombre" a
un ser semejante, vivió en Egipto en la más remota antigüedad y fue reconocido bajó
el nombre de Hermes Trismegisto.
Fue el padre
de la Sabiduría, el fundador de la astrología, el descubridor de la alquimia.
Los detalles de su vida se han perdido para la historia, debido a la inmensidad espacio de tiempo transcurrido desde entonces. La
fecha de su nacimiento en Egipto, muchos antes de Moisés. Las autoridades en la
materia lo creen contemporáneo de Abraham.
Después de
haber transcurrido muchos años desde su muerte (llegó tradición afirma que
vivió trescientos años), los egipcios lo identificaron
e hicieron de él uno de sus dioses, bajo el nombre de Thoth. Años después los
griegos hicieron también de él otro de sus dioses y lo llamaron Hermes.
Aún en
nuestros días tramos el término "hermético" en el sentido de
"secreto", "reservado". Y está política de diseminar
cuidadosamente la verdad ha caracterizado siempre a los hermetistas, aún en
nuestros días. Las enseñanzas herméticas se encuentran en todos los países y en
todas las religiones, pero nunca identificada como un país en particular ni con
secta religiosa alguna. Lo mismo pasó con las enseñanzas herméticas de los
gnósticos cristianos, enseñanzas que se perdieron por el tiempo de Constantino,
quién mancilló la filosofía mezclándola con la tecnología, y la iglesia
cristiana perdió entonces su verdadera esencia y espíritu, viéndose obligada a
andar a ciegas durante varios siglos.
Pero siempre
han existido unas cuantas almas que han conservado viva la llama, alimentándola
cuidadosamente y no permitiendo que se extinguiera su luz. En los primeros
tiempos existió una compilación de ciertas doctrinas herméticas que eran las
bases fundamentales de toda la Doctrina Secreta, y que habían sido, hasta
entonces, transmitidas del instructor al estudiante, compilación que fue
conocida bajo el nombre de El Kybalion, cuyo exacto significado se perdió
durante centenares de años. Estas enseñanzas constituyen realmente los
principios básicos de la "alquimia hermética", la que, contrariamente
a lo que se cree, está basada en el dominio de las fuerzas mentales, más bien
que en el de los elementos materiales.
Las máximas
originales, axiomas y preceptos de El Kybalion están impresos con otro tipo de
letra. Esperamos que los lectores de esta obra sacarán tanto provecho del
estudio de sus páginas como la han sacado otros que han pasado antes por el
mismo sendero que conduce a la maestría desde los tiempos de Hermes
Trismegisto, el Maestro de los Maestros, el Tres veces Grande, hasta ahora.
Dice El
Kybalion: "Donde quiera que estén las huellas del Maestro, allí los oídos
del que está pronto para recibir sus enseñanzas se abren de par en par." "Cuando
el oído es capaz de oír, entonces viene los labios que han de llenarlos con
sabiduría."
Capítulo II.- Los
siete principios herméticos: "Los principios de la verdad son siete: el
que comprenda esto perfectamente, posee la clave mágica ante la cual todas las
puertas del Templo se abrirán de par en par."
"El
TODO es Mente; el universo es mental.".- Este principio encierra la verdad
de que "todo es mente". El TODO, que es la realidad sustancial que se
oculta detrás de todas las manifestaciones y apariencias que conocemos bajo los
nombres de "universo material", "fenómenos de la vida",
"materia", "energía", etc., y en una palabra, todo cuando
es sensible a nuestros sentidos materiales, es espíritu, quién en sí mismo es
incognoscible e indefinible, pero que puede ser considerado como una mente
infinita, universal y viviente.
El principio de
correspondencia: "Como es arriba, es abajo, como es abajo, es
arriba."
Este principio encierra la verdad de que hay siempre una cierta
correspondencia entre las leyes y los fenómenos de los varios estados del ser y
de la vida, y el antiquísimo axioma hermético se refiere precisamente a esto, y
afirma. "Como es arriba, es abajo, como es abajo, es arriba". Los
antiguos hermetistas consideran este principio como uno de los más importantes
auxiliares de la mente, cuyo intermedio se puede descorrer el velo que oculta
lo desconocido de nuestra vida.
El
principio de vibración: "Nada está inmóvil; todo se mueve; todo
vibra."
Este
principio encierra la verdad de que todo está en movimiento, de que nada
permanece inmóvil, cosas ambas que confirman por su parte la ciencia moderna, y
cada nuevo descubrimiento lo verifica y comprueba. La vibración del espíritu es
de una intensidad infinita; y en el otro extremo de la escala hay formas de
materia densísima, cuya vibración es tan débil que parece también estar en
reposo. Entre ambos polos hay millones de millones de grados de intensidad
vibratoria.
El
principio de polaridad: "Todo es doble, todo tiene dos polos, todo, su par
de opuestos: los semejantes y los antagónicos son lo mismo; los opuestos son
idénticos en naturaleza, pero diferentes en grado; los extremos se tocan; todas
las verdades son medidas verdades, todas las paradojas pueden
reconciliarse."
Este principio encierra la verdad de que todo es dual; todo
tiene dos polos; todo su par de opuestos, afirmaciones que son de otros tantos
axiomas herméticos. Explica y dilucida las antiguas paradojas que han dejado
perplejos a tantísimos investigadores, y que literalmente decían: "La tesis
y la antítesis son idénticas en naturaleza, difiriendo sólo en grado";
"los opuestos son idénticos en realidad, diferenciándose en su
gradación"; "los pares de opuestos pueden conciliarse, los extremos
se tocan"; "todo es y no es al mismo tiempo", "toda verdad
no es sino media verdad"; "toda verdad es medio falsa", etc.
Este principio explica que en cada cosa hay dos polos, dos aspectos, y que los
"opuestos" no son, en realidad, sino los dos extremos de la misma
cosa, calor y frío, luz y oscuridad, duro y blando, placer o disgusto, mal y
bien.
El
principio del ritmo: "Todo influye y refluye; todo tiene sus períodos de
avance y retroceso, todo asciende y desciende; todo se mueve como en péndulo;
la medida de su movimiento hacia la derecha, es la misma que la de su
movimiento hacia la izquierda; el ritmo es la compensación."
Este principio encierra la verdad de que todo se manifiesta en
un determinado movimiento de ida y vuelta; un flujo y reflujo, una oscilación
de péndulo entre los dos polos que existen de acuerdo con el principio de
polaridad, descrito un momento ha. Hay siempre una acción y una reacción, un
avance y un retroceso, una ascensión y un descenso. Este, así como el de la
polaridad, ha sido cuidadosamente estudiado por los hermetistas, y los métodos
de contrabalancearlos, neutralizarlos y emplearlos, forman una de las partes
más importantes de la alquimia mental hermética.
El
principio de causa y efecto: "Toda causa tiene su efecto; todo efecto
tiene su causa; todo sucede de acuerdo a la ley; la suerte no es más que el
nombre que se le da a la ley no reconocida; hay muchos planos de casualidad,
pero nada escapa a la Ley."
La suerte
es una palabra vana, y si bien existen muchos planos de causas y efectos,
dominando los superiores a los inferiores, aun así ninguno escapa totalmente a
la Ley. Los hermetistas conocen los medios y los métodos por los cuales su
puede ascender más allá del plano ordinario de causas y efectos, hasta cierto
grado, y alcanzando mentalmente el plano superior e convierten en causas en vez
de efectos.
Ayudan a
las masas y a los individuos a divertirse en el juego de la vida, en vez de ser
ellos los jugadores o los autómatas movidos por ajenas voluntades. Utilizan el
principio, en vez de ser sus instrumentos. Los Maestros obedecen a la
causalidad de los planos superiores en que se encuentran, prestan su
colaboración para regular o regir en su propio plano.
El
principio de generación: "La generación existe por doquier; todo tiene su
principio masculino y femenino; la generación se manifiesta en todos los
planos."
Este principio encierra la verdad de que la generación se
manifiesta en todo, estando siempre en acción los principios masculino y
femenino. Esto es verdad, no solamente en el plano físico, sino también en el
mental y en el espiritual. Cada ser contiene en si mismo los dos elementos de
este principio. Si deseáis conocer la filosofía de la creación, generación y
regeneración mental y espiritual. Advertimos que este principio nada tiene que
ver con las perniciosas y degradantes teorías, enseñanzas y prácticas, que se
anuncian con llamativos títulos, las que no son más que una prostitución del
gran principio natural de generación. La Filosofía Hermética siempre ha
alcanzado su verbo de protesta contra esas licencias y perversiones de los
principios naturales. Para el puro todas las cosas son puras; para el ruin
todas son ruines.
Capítulo
III.- Transmutación mental: "La mente así como todos los mentales y demás
elementos, pueden ser transmutados, de estado en estado, de grado en grado, de
condición en condición, de polo a polo, de vibración en vibración. La verdadera
transmutación hermética es una práctica, un método, un arte mental."
Los
hermetistas fueron los verdaderos creadores de la alquimia, de la astrología y
la psicología, habiendo sido Hermes el fundador de esas escuelas de
pensamiento. De la astrología ha derivado la astronomía moderna; de la alquimia
ha surgido la química y de la psicología mística la psicología moderna. Entre
los muchos aspectos y tópicos de conocimientos secretos de los hermetistas se
encuentra lo que se conoce como "transmutación mental", de la que
vamos a tratar en este capítulo.
"Transmutación"
es el término generalmente empleado para designar el antiguo arte de transmutar
los metales, especialmente los de poco valor, en oro. La palabra
"transmutar" significa "cambiar de naturaleza, de sustancia y de
forma, convirtiéndose en otra; transformarse en otra cosa". Y de acuerdo
con esa definición, "Transmutación mental" significa el arte de transformar
o cambiar los estados, cualidades, formas, condiciones metales etc., entre
otros.
El primero
de los siete principios herméticos es el de mentalismo, que afirma que "el
TODO es mente, que el universo es mental", lo que significa que la única
realidad que se oculta tras todo cuando existe es mente; y el universo en sí
mismo es una creación mental, esto es, existe en la mente del TODO.
Es muy
cierto que nadie, excepto los alquimistas mentales más avanzados, han alcanzado
el grado de poder necesario para dominar las condiciones físicas más densas,
tales como los elementos de la naturaleza, la producción y cesación de las
tempestades, la producción y cesación de terremotos u otros fenómenos físicos
de cualquier clase, pero que tales hombres existieron y que existen es una cosa
que no duda ningún ocultista, sea de la escuela que sea. Según el principio del
mentalismo de El Kybalion, que dice: "El universo es una creación
mental".
El que práctica la transmutación mental trabaja en ese plano,
transformando condiciones y estados mentales de otros, de acuerdo con fórmulas
más o menos eficaces. Los varios "tratamientos",
"afirmaciones", "autosugestiones", etc., de las escuelas
mentalistas no son más que esas mismas fórmulas. Son unos ignorantes preparados
con los antiguos Maestros, porque no poseen el conocimiento fundamenta sobre la
cual está basada esa operación.
Ahora
procederemos a considerar el primero de los siete principios herméticos, el del
mentalismo, el que se explica y desarrolla el axioma de que el TODO es mental,
de que el universo es una creación mental, según las palabras de El Kybalion.
Capítulo
IV.- El Todo: "Más allá del Kosmos, del Tiempo, del Espacio, de todo
cuando se mueve y cambia, se encuentra la realidad Substancial, la Verdad
Fundamental."
"Sustancia"
significa lo que yace oculto bajo toda manifestación externa, la realidad
esencial, la cosa en sí misma. "Substancial" significa actualmente
existente, el elemento esencial, el ser real. "Realidad" significa el
estado del ser verdadero, real, eterno, permanente, fijo.
Más allá de
toda apariencia externa o manifestación debe haber siempre una realidad
substancial. Está ley. El hombre al considerar y examinar el universo, del cual
es una unidad.
Todos los pensadores, de cualquier parís o época, se han visto
obligados a afirmar la existencia de esta realidad substancial. Todas las
filosofías, cualquiera que haya sido su nombre, se han basado en esta idea. Los
hombres han dado a esta realidad substancial muchos nombres: algunos la han
denominado "Dios", otros "Divinidad Infinita" y
"Eterna Energía", "Materia", etc., pero todos han
reconocido su existencia. Es evidente por sí misma. No necesita argumentos.
Aceptamos y
enseñamos las teorías de los grandes pensadores herméticos, como también las de
esas almas iluminadas que han ascendido a planos superiores de existencia. Unos
y otros afirman que la naturaleza íntima del TODO es incognoscible. Esto debe
ser así efectivamente, pues nadie, excepto el TODO mismo, puede comprender su
propia naturaleza y su propio ser. Los hermetistas creen y enseñan que el TODO
en sí mismo es y debe ser incognoscible.
Si bien es
cierto que la naturaleza esencial del TODO es incognoscible, hay, sin embargo,
ciertas verdades relacionadas con su existencia, que la mente humana se ve
obligada a aceptar. - Lo que constituye la Verdad fundamental, la Realidad
substancial, está más allá de toda denominación, pero el sabio lo llama el
TODO."
"En su
esencia, el TODO es incognoscible.".- "Más el dictamen de la razón
debe ser recibido hospitalariamente, y tratado con respeto." El TODO debe ser infinito, porque nada puede existir que defina, limite o
ponga restricciones al TODO. Debe existir por siempre, porque nada hay que
pueda destruirlo, y jamás puede dejar de ser ni aún por un solo momento, porque
algo nunca puede convertirse en nada. Debe ser infinito del Espacio, en Poder,
o Absoluto, porque nada hay que pueda limitarlo, restringirlo, confinarlo u
obstaculizarlo.
El
TODO debe ser inmutable, esto es, no sujeto a cambio en su naturaleza real,
porque nada existe que pueda obligarlo a cambiar, ni nada de lo que pueda
haberse transformado. Siendo el TODO Infinito, Absoluto, Eterno, Inmutable,
debe deducirse que todo lo que es finito, mudable, transformable y
condicionado, no puede ser el TODO. Y como nada existe fuera de Él en realidad,
todo lo que sea finito debe ser nada realmente.
¿Es pues, la TODA mera fuerza o energía?
No. La fuerza, tal como la entiendan los materialistas, es una cosa ciega,
mecánica, carente de vida o mentalidad. La vida y la mente no pueden nacer de
ciega energía, por las razones dadas un momento ha: "Nada puede subir más
alto que su propia fuente, nada evoluciona si no ha involucionado, en un efecto
si no está en la causa". Así que el TODO no puede ser mera fuerza o
energía, porque si lo fuera no existiría eso que se llama mente y vida, y ambas
sabemos que existen, porque nosotros estamos vivos y estamos empleando nuestra
mente en considerar está cuestión; y en iguales condiciones se encuentran los
que afirman que la energía es todo. El TODO es mente viviente e infinita, los
iluminados lo llaman Espíritu.
Capítulo
V.- El universo mental: "El universo es una creación mental sostenida en
la mente del TODO." El Kybalion
El
TODO es espíritu. Más ¿qué es el espíritu? Esa pregunta no puede ser
contestada, puesto que definirla sería prácticamente definir al TODO, el cual
no puede explicarse. El espíritu es simplemente el nombre que los hombres dan a
la más elevada concepción de la infinita Mente Viviente, significa la esencia
real, tan superior a todo cuanto entendemos por mente y vida, como estas
últimas a la energía y la materia.
Si
el Universo existe absolutamente, o por lo menos parece que existe, debe
preceder en alguna forma del TODO, ser su creación. Pero como algo no puede
venir de nada, ¿de qué pudo crearlo el TODO? Algunos filósofos han contestado a
esta pregunta diciendo que el TODO creo al Universo del sí mismo, esto es,
sacándolo de su propia sustancia. Si el átomo gritara "yo soy
hombre", todavía sería modesto en comparación.
¿No
existe otro medio por el cual crea el hombre? Sí, hay otro: la creación mental.
Al secreto está forma, él no emplea materiales que le aporten el mundo externo,
ni se reproduce a sí mismo, y, sin embargo, su espíritu compenetra su creación
mental.
El TODO crea el Universo mentalmente, de
una manera parecida al proceso mediante el cual el hombre crea sus imágenes
mentales. He aquí que en esta descripción coinciden tanto el dictamen dado por
la razón como el de las almas iluminadas. Tales las que enseñó Hermes.
"El
TODO crea en su mente infinita, innumerables universos, los que existen durante
eones de tiempo, y así y todo, para Él, la creación, desarrollo, decadencia y
muerte de un millón de universos no significa más que el tiempo que se emplea
en un abrir y cerrar de ojos." El Kybalion
La
mente infinita del TODO es la matriz del Kosmos." El Kybalion
El
TODO es UNO, y su mente infinita es donde crean, generan y existen los Kosmos.
La mente en la que se efectúa la generación de imágenes puede ser llamada el
"mi", en distinción con el "yo", que permanece aparte y que
examina los pensamientos, ideas e imágenes del "mi".
"No
hay nadie que no tenía padre y madre en el Universo." El Kybalion
Capítulo
VI.- La paradoja divina: "El sabio a medias, reconociendo la relativa del
Universo, se imagina que puede desafiar sus leyes, ése no es más que un tonto
vano y presuntuoso, que se estrellara contra las rocas y será aplastado por los
elementos, en razón de su locura. El universo sabio conociendo la naturaleza
del universo, emplea la Ley contra las leyes: las superiores contra las
inferiores, y por medio de la alquimia transmuta lo que no es deseable, en lo
valioso y de esta manera triunfa. La maestría consiste, no en sueños anormales,
visiones o imágenes fantasmagóricas, sino en el sabio empleo de las fuerzas
superiores contra las inferiores vibrando en los más elevados. La transmutación
(no la negación presuntuosa), es el arma del Maestro.
Esta
es la paradoja del Universo, la que resulta del principio de polaridad,
principio que se manifiesta cuando el TODO empieza a crear.
Aunque
para el TODO infinito el Universo, sus leyes, sus poderes, su vida, sus
fenómenos, son como cosas contempladas en el estado de meditación o ensueño, el
Universo debe ser tratado como real, y la vida, las acciones y los pensamientos
deben estar basados en ellos, acordemente, si bien se tenga un claro
conocimiento y realización de la Verdad Superior cada uno respecto a su propio
plano y leyes.
El
principio del Mentalismo, a la vez que explica la verdadera naturaleza del
Universo sobre la base de que todo es mental, no cambia las concepciones
científicas del Universo, de la vida o de la evolución. En realidad, la ciencia
no hace más que corroborar las enseñanzas herméticas.
Así,
pues, el estudiante no necesita dejar a un lado los puntos de vista científicos
referentes al Universo. Todo lo que se le pide es que comprenda el principio
básico de que el TODO en mente, de que el Universo es mental.
Una
vez que se comprenda la ventaja del Mentalismo se aprende a conocer, emplear y
aplicar las leyes resultantes. Pero no se caiga en la tentación que, según
indica El Kybalion, acecha al medio sabio que lo hace hipnotizarse por la
aparente irrealidad de las cosas, siendo su conciencia que camina de un lado
para otro como soñando, viviendo en un mundo de ensueños, ignorando la vida
diaria y su trabajo siendo su final que se destrozara contra las rocas y se
disolverá en los elementos, en razón de su locura.
EL todo en
todo: si bien es cierto que todo está en el TODO, no lo es menos que el todo Está
en todas las cosas. El que comprende esto debidamente, ha adquirido gran
conocimiento.
Cuando a
menudo se ha oído a la mayoría repetir la afirmación de que su deidad era “todo
en todo”, y cuan poco ha sospechado el intimo significado oculto encerrado en
esas palabras emitidas tan sin ni son! La presión comúnmente empleada es lo que
ha quedado de la máxima hermética del epígrafe. Como dice El Kybalion: “El que comprende
esto debidamente, ha adquirido gran conocimiento”. Y si esto es así, tratemos
de comprender lo que significa, dada su gran importancia.
En esa
máxima está encerrada una de las más grandes verdades filosóficas, científicas
y religiosas.
Existen
muchos Planos del Ser, muchos subplanos de vida, muchos grados de existencia en
el Universo. Y todos dependen del adelanto de los seres en la escuela, cuyo
punto más bajo es la materia más densa, estando el Ser más elevado separado del
Espíritu del TODO sólo por una sutilísima división, y por todas partes, a lo
largo de esta escala de la vida, todo está en movimiento. Todos están en el
sendero, cuyo fin y meta es el TODO. La doctrina hermética concerniente al
proceso de la creación mental del Universo es que, al principio del ciclo
creador, el TODO, en su aspecto de ser, proyectad su voluntad hacia su aspecto
de “Devenir” y el proceso de la creación comienza. Se dice que este proceso se
reduce a una disminución gradual de intensidad vibratoria hasta que se alcanza
un grado denso posible de materia.
Los planos
de correspondencia “Como es arriba, es abajo; como es abajo, es arriba”
Para
facilitar la meditación y el estudio, la Filosofía hermética considera que el
Universo puede dividirse en tres grandes clases de fenómenos, conocidas como
los tres Grandes planos:
I. EL PLANO
FISICO, II. EL PLANO MENTAL y III. EL PLANO ESPIRITUAL.
Estas
divisiones son más o menos artificiales y arbitrarias, porque la verdad es que
las tres divisiones no son más que grados ascendentes en la gran escala de la
vida, siendo el punto más bajo la materia indiferenciada, y el más elevado el espíritu.
Y además los diferentes planos se esfuman unos a otros, de manera que no puede
establecerse una división firme y nítida entre la parte superior del plano
físico y la inferior del mental. En una palabra, los tres grandes planos pueden
ser considerados como tres grandes grupos de vida en manifestación.
Plano: es
un lugar que tiene dimensiones, o no es más que una condición o estado, es una
escala, y está sujeto a medida. Pero existe otra dimensión de las cosas
creadas, o medida en línea recta, conocida por los ocultistas y también por los
hombres de ciencia, aunque estos últimos no le hayan dado el nombre de
dimensión. Esta nueva dimensión, que por el momento es la base de muchas
especulaciones bajo el nombre de Cuarta Dimensión, es el tipo usado para
determinar los “grados” o planos.
Esta cuarta
dimensión puede ser denominada la de la “Vibración”. Es un hecho bien conocido
por la ciencia moderna, así como los hermetistas quienes han encerrado esa
verdad en su tercer principio, que “todo está en movimiento, todo vibra, nada
está en reposo”.
Cuanto más
elevado es el grado de vibración, tanto más elevado es el plano. De manera,
pues, que aunque un plano no es un lugar, ni estado o condición, posee, sin
embargo, cualidades comunes a ambos.
El átomo de
la materia, la unidad de fuerza, la mente del hombre y el ser del arcángel, no
son más que grados de una sola y misma escala, y todos son fundamentalmente los
mismos, siendo la diferencia sólo cuestión de grado y de intensidad vibratoria:
todos son creaciones del TODO, y tienen su existencia dentro de su mente
infinita.
Los
herméticos subdividen cada uno de esos tres grandes planos en siete planos
menores, y cada uno de éstos en siete subplanos, siendo estas divisiones más o
menos arbitrarias, esfumándose unas en otras, pero han sido adoptadas por
conveniencias del estudio científico.
El Gran
Plano Físico, y sus siete planos menores, es la división que comprende todos
los fenómenos del universo que se refieren a las cosas, fuerza y
manifestaciones físicas. Y de acuerdo con ello, los herméticos clasifican la
materia bajo el título de energía, y le adjudican tres de los siete planos menores
del Gran Plano Físico.
El Plano de
Materia A comprende las formas materiales sólidas. Liquidas y gases, tal como
la reconocen generalmente las obras de texto físicas. El Plano de Materia B
comprende ciertas formas más elevadas y sutiles de la existencia que la ciencia
recién comienza a conocer, los fenómenos de la materia radiante, bajo sus fases
de radium . El Plano de la Materia C
comprende formas de la materia más sutil y tenue, cuya existencia ni siquiera
sospechan los hombres de ciencia actuales. El Plano de la Sustancia Etérea
comprende lo que la ciencia denomina “éter”, sustancia de tenuidad extrema y de
prodigiosa elasticidad, que compenetra todo el Espacio Universal y que obra
como médium para la transmisión de ondas de energía tales como la luz, el
calor, la electricidad, etc. La doctrina hermética dice que ese plano tiene
siete subdivisiones (como las tienen los demás planos menores), y que, en
realidad, hay siete éteres en vez de uno.
El plano de
la mente mineral comprende los estados o condiciones de las unidades o
entidades, o grupos y combinaciones de las mismas. El plano de la mente
elemental A comprende el estado o
condición y grado de desarrollo mental y vital de una clase de entidades
desconocidas para el hombre corriente, pero que el ocultista conoce.
EL plano de
la Mente Vegetal y sus siete subdivisiones comprende los estados o condiciones
de las entidades que encierra el mundo vegetal, los fenómenos mentales y
vitales que se conocen corrientemente.
El plano de
la Mente Elemental B y sus siete subdivisiones comprende los estados y
condiciones de una forma de elementales o entidades invisibles, que hacen su
obra en el Universo, cuya mente y vitalidad forma parte de la escala entre el
Plano de la Mente Vegetal y el Plano de la mente Animal, participando dichas
entidades de la naturaleza de ambos.
EL Plano de
la Mente Elemental C y sus siete subdivisiones comprende las entidades o seres
invisibles, que participan de la naturaleza de la vida animal y humana en
determinado grado y combinación.
El Plano de
la Mente Humana y sus siete subdivisiones comprende las manifestaciones de la
vida y mentalidad que son comunes al hombre en sus varios grados y divisiones.
El hombre de la sexta subdivisión será el superhombre, y el de la séptima el
ultra hombre.
En los
siete planos menores del Gran Plano Espiritual existen seres de quienes
hablamos como Ángeles, Arcángeles o semi-dioses. En los planos menores
inferiores viven aquellos a quienes damos el hombre de Maestros y Adeptos.
Solo los
herméticos más avanzados son capaces de comprender las enseñanzas secretas
concernientes al estado de existencia y a los poderes manifestados en los
planos espirituales. El fenómeno es tan superior al que se produce en los
Planos Mentales que cualquier intento de descripción sólo servirá para producir
una gran confusión de ideas. Y muchas de ellas las guardan celosamente los
herméticos por considerarlas demasiado sagradas, importantes y hasta
peligrosas, como para divulgarlas públicamente
El
ocultista sabe muy bien que lo que él conoce como poder espiritual puede ser
empleado con fines buenos o malos (de acuerdo con el principio de polaridad),
hecho que ha sido reconocido por la mayoría de las religiones en sus
concepciones de Satanás, Belcebú, el Diablo, Lucifer, Ángeles caídos, etc.
Para
concluir, recordamos que, de acuerdo con el principio de correspondencia que
encierra la verdad de que “como es arriba, es abajo: como es abajo es arriba”,
todos los siete principios herméticos estás en plena operación en los diversos planos,
físico, mental y espiritual.
El
principio de polaridad se manifiesta en cada plano, siendo los extremos o polos aparentemente opuestos y
contradictorios. El principio del ritmo se manifiesta en cada plano, con flujo
y reflujo, ascenso y descenso, ingreso y egreso. El principio de Causa y Efecto
se manifiesta en cada plano, teniendo todo efecto su causa y toda causa su
efecto. EL principio de Género se manifiesta en cada plano, estando siempre
expresada la energía creadora y operando mediante los aspectos femenino y
masculino.
NADA
REPOSA; TODO SE MUEVE; TODO VIBRA: el tercer Gran Principio Hermético – el
principio de la Vibración, encierra la verdad de que el movimiento se
manifiesta en todos el Universo. Nada está en reposo, todo se mueve vibra y circula.
Este principio hermético fue reconocido por algunos de los primitivos filósofos
griegos, quienes lo expusieron en sus sistemas.
La doctrina
hermética no afirma solamente que todo está en movimiento constante, sino que
las diferencias entre las diversas manifestaciones del poder universal se deben
por completo al diferente modo e intensidad vibratoria. El espíritu es uno de
los polos de la vibración, constituyendo el otro polo formas de materia
extremadamente densa. Entre ambos polos hay millones y millones de diferentes
intensidades y modos de vibración. En primer lugar, la ciencia dice que toda
materia manifiesta, en algún grado, la vibración producida por la temperatura o
el calor.
Las
moléculas están compuestas por átomos, los que como aquellas, también están en
constante movimiento y vibración. Los átomos están en constante movimiento y
vibración. “electrones”, “iones” etc. Y de esta manera toda materia manifiesta
vibración, de acuerdo con el principio hermético correspondiente.
Los hombres
de ciencia proponen como ilustración para ver los efectos del aumento de
vibración una rueda girando con gran rapidez. Supongamos primeramente que la
rueda gira lentamente. Entonces diríamos que es un “objeto”. Si el objeto gira
lentamente lo podemos ver fácilmente, pero no sentimos el menor sonido.
Aumentándose gradualmente la velocidad la nota se va elevando en la escala
musical, y así se van distinguiendo unas tras otras las diversas notas conforme
aumenta la velocidad de rotación.
Nada se oye
ya, pues la intensidad del movimiento es tan alta que el oído humano no puede
registrar sus vibraciones. Cuando el objeto ha alcanzado cierto grado de
vibración, sus moléculas se desintegran, resolviéndose en sus elementos
originales o átomos. Después de los átomos, según el principio de vibración, se
separarían en innumerables corpúsculos desaparecerían y podría decirse que el
objeto estaría compuesto por sustancia etérea.
Pero la
doctrina hermética va mucho más allá que la ciencia moderna, y afirma que toda
manifestación de pensamiento, emoción, razón, voluntad, deseo o cualquier otro
estado mental, va acompañada por vibraciones, parte de las cuales se emanan al
exterior y tienden a afectar las mentes de los demás por “inducción”. Esta es
la causa de la telepatía, de la influencia mental y de otros efectos del poder
de una mente sobre otra, la que ya va siendo de dominio público, debido a la
gran cantidad de obras de ocultismo que están publicando discípulos e instructores
sobre estas materias.
Cada
pensamiento, emoción o estado mental tiene en su correspondiente intensidad y
modalidad vibratoria. De la misma manera, podrá afectar las mentes de los
demás, produciendo de ellos los requeridos estados mentales. En una palabra,
podrá producir en el Plano Mental lo que la ciencia produce en el físico, o sea
las vibraciones a voluntad. Este poder, por supuesto, puede adquirirse
únicamente mediante las instituciones, ejercicios y prácticas apropiadas,
siendo la ciencia que las enseña, la de la “trasmutación mental”, una de la
rama de la Filosofía Hermética.
Un poco de
reflexión sobre lo que hemos dicho
mostrará que el Principio de Vibración está oculto tras todos los maravillosos
fenómenos de los poderes manifestados por los Maestros y Adeptos, quienes
pueden aparentemente eludir las leyes de la Naturaleza, pero que, realmente, no
hacen más que emplear una ley contra otro, un principio contra otros, y que
llevan a cabo sus resultados modificando las vibraciones de las cosas
materiales o de las energías, realizando así lo que comúnmente llamamos
milagros.
POLARIDAD:
“todo es dual, todo tiene polos; todo su par de opuestos; los semejantes y
desemejantes son los mismos; los opuestos son idénticos en naturaleza,
difiriendo sólo en grado; los extremos se tocan; todas las verdades, son medias
verdades, todas las paradojas pueden reconciliarse”.
El Cuarto
Gran Principio Hermético – el Principio de polaridad – encierra la verdad de que
todas las cosas manifestadas tienen dos lados, dos aspectos, dos polos; un par
de opuestos son innumerables grados entre ambos extremos. Las antiguas
paradojas, que siempre han confundido la
mente de los hombres, quedan explicadas si se comprende este principio y
ha tratado de expresarlas con dichos, máximas o aforismos como los siguientes: “Todo
es y no es al mismo tiempo”,” todas las
verdades; no son más que medias- verdades”; “Toda verdad es medio-falsa”; Todas
las cosas tienen dos lados”; ”Siempre hay un reverso para cada anverso”, etc.
Las enseñanzas
herméticas opinan sobre la diferencia que existe entre cosas aparentemente
opuestas diametralmente, que es solo cuestión de grado.
El espíritu
y la materia no son más que polos de las mismas cosas, siendo los planos
intermediarios cuestión de grados vibratorios meramente.
La Luz y la
obscuridad son polos de la misma cosa, con muchos grados entre ambos. La escala
musical es la misma. Bueno y malo no son cosas absolutas; a un extremo lo
llamamos bueno y al otro malo, o Bien al uno y Mal al otro, de acuerdo con el
sentido que queramos darle.
El
amor y el odio son considerados como
diametralmente opuestos, completamente diferentes e irreconciliables. Pero si
aplicamos el principio de polaridad encontraremos que no existe un amor
absoluto o un odio absoluto, diferentes uno de otro.
Hay muchos
grados de amor y de odio, y existe también un punto medio donde el agrado y el
desagrado se mezclan en tal forma que es imposible distinguirlos. El valor y el
medio quedan también bajo la misma regla. Los pares de opuestos existen por
doquier.
Las cosas
duras pueden tornarse blandas, las calientes, frías, y así sucesivamente,
efectuándose siempre la trasmutación entre otras cosas de la misma clase, pero
de grado diferente. Tratándose de un hombre cobarde, si se elevan sus
vibraciones mentales a lo largo de la línea Miedo-Valor, se llenara de valentía
y desprecio por el peligro. De la misma manera el odio y el amor son
recíprocamente transmutables, así como el miedo y el valor. Pero el Miedo no
puede transformarse en Amor, ni el Valor en Odio.
Este
conocimiento le permitirá además ayudar a otros inteligentemente, cambiando,
mediante los métodos apropiados, su polaridad. Es muy conveniente
familiarizarse con este principio, porque su comprensión correcta arrojara
muchísima luz sobre los problemas difíciles y oscuros.
RITMO:
“Todo fluye y refluye, todo asciende y desciende; la oscilación pendular se
manifiesta en todas las cosas; la medida del movimiento hacia la derecha es la
misma que el de la oscilación a la izquierda; el ritmo es la compensación”.
El Quinto
Gran Principio Hermético – El Principio del Ritmo – encierra la verdad de que
en todos se manifiesta una oscilación medida, movimiento de ida y vuelta, un
flujo y reflujo, un movimiento semejante al del péndulo,
una marea con suba y baja, manifestándose siempre entre los dos polos los
planos físico, mental y espiritual. El principio del Ritmo está estrechamente
relacionado con el principio de polaridad. Esto no significa, sin embargo, que
la oscilación rítmica vaya hasta los extremos de cada polo, pues esto sucede
rarísimas veces.
El
principio se manifiesta en la creación y destrucción de los mundos, en la
elevación y caída de las naciones, en la historia de la vida de todas las cosas
y, finalmente, en los estados mentales del hombre. Lo mismo pasa con todos los
grandes movimientos filosóficos, credos de cualquier clase, gobiernos,
naciones, etc.: nacen, crecen, llegan a su madurez, decaen, mueren, sólo para
renacer de nuevo.
La noche
sigue al día y el día a la noche. El péndulo oscila del verano al invierno y de
éste a aquel. Los corpúsculos, átomos y moléculas y todas las masas de materia,
oscilan en torno del círculo que corresponde a su naturaleza. Este principio es
de aplicación universal. Las mareas de la vida fluyen y refluyen de acuerdo con
la ley.
La ciencia
moderna reconoce el principio del Ritmo y lo considera de aplicación universal
en cuanto se refiere a las cosas materiales. Los maestros Herméticos
descubrieron que había dos planos generales de conciencia el inferior y el
superior, y este descubrimiento les permitió elevarse al plano superior,
escapando a la oscilación del péndulo rítmico, que se manifestaba en el plano
inferior. Todo hombre, que en mayor o menor grado, ha adquirido cierto dominio
de sí mismo, realiza esto más o menos conscientemente, impidiendo que sus
modalidades o estados mentales negativos lo afecten, mediante la aplicación de
la ley de la neutralización.
A esta ley
de compensación se refiere El Kybalion cuando dice “La medida de la oscilación
hacia la derecha es la misma que la de lo oscilación a la izquierda; el ritmo
es la compensación”. El hombre capaz de gozar agudamente, es también capaz de
sufrir en igual grado. El que solo es capaz de escaso dolor, tampoco puede
gozar más que escaso placer.
La regla es
que la capacidad para el placer y el dolor en cada individuo está equilibrada.
Los herméticos consideran la cadena de vidas como continua, como simples
puertas de una sola vida del individuo, de suerte que la oscilación rítmica es
considerada en esta forma, mientras que no tendría significado alguno si no se
admitiera la doctrina de la reencarnación.
La ley de
compensación desempeña una parte importante en la vida de los hombres, pies se
verá que uno generalmente paga el precio de lo que tiene o le falta. Si se
posee una cosa, falta otra, y así se equilibra la balanza. Nadie puede
guardarse su centavo y tener al mismo tiempo la torta, todo tiene su lado
agradable y desagradable. Las cosas que uno obtiene siempre la paga con las que
pierde. El rico posee mucho de lo que al pobre le falta, mientras que el pobre
posee cosas que frecuentemente están fuera del alcance del rico. El millonario
que gusta de los festines, y que tiene la fortuna necesaria para satisfacer sus
deseos y asegurarse la satisfacción de su gula, carece del apetito necesario
para gustarlos, y envidia el apetito y la digestión del obrero a quien le falta
la fortuna y la inclinación del millonario, gozando más de su sencillo alimento
que el millonario sin apetito y con el estómago arruinado y así sucede con todo
en la vida. La ley de comprensión esta siempre obrando, equilibrando y
contrabalanceando las cosas continuamente, en la sucesión del tiempo, aunque la
oscilación del ritmo tarde vidas enteras.
CASUALIDAD:
“toda causa tiene su efecto; todo efecto tiene su causa; todo ocurre de acuerdo
con la ley. Azar no es más que el nombre que se le da a la ley no reconocida;
hay muchos planos de casualidad, pero ninguno escapa a la ley“.
El sexto
gran principio hermético-el principio de causa y efecto- encierra la verdad de
que nada sucede casualmente; que la casualidad es solo un término que indica la
existencia de una causa no reconocida o percibida; que el fenómeno es continuo
sin soluciones de continuidad. El principio de causa y efecto esta tras todo
pensamiento científico, antiguo o moderno, y fue enunciado por los instructores
herméticos de los tiempos primitivos. Un poco de meditación evidenciaría que no
existe absolutamente tal casualidad. Webster define la palabra casualidad
diciendo que: es un supuesto agente o modo de actividad diferente de fuerza,
ley o propósito, la operación o actividad de dicho agente; el efecto supuesto
de tal agente; un suceso, un cosa fortuita, una casualidad, etc.
La palabra
casualidad se deriva de una frase que significa “echar los dados”, siendo la
idea encerrada que la caída es meramente una ocurrencia sin relación con causa
alguna. Pero todo cae bajo la operación de la ley de causa y efecto, y si pudiéramos
examinar todo el eslabonamiento de causas veríamos claramente que era
sencillamente imposible que el dado callera en otra forma que en la que cayó
bajo las mismas circunstancias y al mismo tiempo. La causa y el efecto residen
meramente en los sucesos, un suceso o acontecimiento es lo que viene, llega u
ocurre como consecuencia o resultado de un acontecimiento o evento anterior.
Existe siempre una relación entre todo lo que ha pasado y todo lo que sigue.
No es nada
fácil seguir la pista de esa partícula de hollín hasta los primitivos periodos
de la historia del mundo, cuando formaba parte de un macizo tronco que más
tarde se convirtió carbón, y así sucesivamente hasta el momento en que pasaba
volando ante nosotros en busca de otras muchas aventuras.
Meditemos
un momento. Si cierto hombre no hubiera encontrado a cierta mujer en la obscura
edad de piedra vos, que estáis ahora leyendo estas líneas no estaríais aquí y
si, quizá, la misma pareja no se hubiera encontrado, lo que escribimos estas
líneas tampoco estuviéramos aquí todo pensamiento generado en nuestra mente,
todo acto realizado, tiene sus resultado directos e indirectos, que se
eslabonan coordinadamente en la gran cadena de causa y efecto.
No deseamos
entrar a discutir sobre el libre albedrio y el determinismo en esta obra, por múltiples
razones. Los hombres en su mayoría son más o menos esclavos de la herencia y
del medio ambiente, manifiestan muy poco libre albedrio.
La mayoría
de los hombres es arrastrada como si fuera una piedra, obedeciendo al medio
ambiente, las influencias externas y a las modalidades, deseos y emociones
internas, etc. Por no hablar de los deseos y voluntades de los demás que son más
fuertes, pero los maestros que conocen las reglas del juego, se elevan por
encima del plano de la vida material, y colocándose en contacto con los poderes
superiores de sus naturalezas dominan sus propias modalidades, caracteres,
cualidades y polaridades, así como el medio ambiente que los rodee, haciéndose
en esa forma directores del juego en vez de meras fichas: causas en vez de
efectos.
Pero, tanto
arriba como abajo, la ley está siempre en operación, la doctrina hermética dice
que el hombre puede emplear la ley contra las leyes, que lo superior siempre
prevalecerá contra lo inferior, hasta que el hombre haya alcanzado aquel estado
en el que buscará refugio en la ley misma y podrá evadirse de todas las leyes
fenomenales.
GENERO: EL
GENERO ESTA EN TODO, TODO TIENE SU PRINCIPIO MASCULINO Y FEMENINO; EL GENERO SE
MANIFIESTA EN TODOS LOS PLANOS.
El séptimo
gran principio hermético –el principio de género- encierra la verdad de que el género
se manifiesta en todas las formas, de que los principios masculinos y femeninos
están siempre presentes en plena actividad en todos los fenómenos y en cada uno
de los planos de la vida. En
este punto es bueno llamar la atención sobre
el hecho de que el género, en su sentido hermético, y es sexo, en la aceptación
ordinariamente aceptada del término, no son los mismos.
La palabra
“genero” deriva de la raíz latina que significa ‘concebir, procrear, generar,
crear, producir’. Y en general que el término “sexo”, pues este se refiere a
las distinciones físicas entre los seres machos y hombres. El sexo no es más
que una mera manifestación de género. El oficio de género es solamente el de
crear producir, generar, etc. Y sus manifestaciones son visibles en todos los
planos fenomenales. En primer lugar, encontramos una manifestación distinta del
principio del genero entre los corpúsculos, iones o electrones, que constituyen
las bases de la materia como la ciencia lo reconoce actualmente y que al
constituir determinadas combinaciones, forman el átomo, que anteriormente se
consideraba como el punto final e indivisible.
La última
palabra de la ciencia es que el átomo está compuesto por una multitud de
corpúsculos, electrones o iones (diversos nombres de la misma cosa), que giran
unos en torno de otros y vibran con un elevado grado de intensidad. Los
corpúsculos positivos parecen ejercer cierta influencia sobre los negativos,
impulsando a estos a constituir ciertas combinaciones que dan como resultado la
“creación” o “generación” de un átomo. Y esto está perfectamente de acuerdo con
las más antiguas enseñanzas herméticas
que han identificado siempre el principio masculino del genero con lo
“positivo” y el femenino con lo “negativo”, como en la electricidad, de manera
pues, que existen poderosas razones que impulsan a rechazar el término
“negativo” insistiendo en sustituirlo por la palabra “femenino” en vez del
termino antiguo. Los hechos nos conducen a esto, sin tener en cuenta para nada
la doctrina hermética, y, por consiguiente, emplearemos la palabra “femenino”
en vez de “negativo” al hablar de dicho polo de actividad.
Las últimas
enseñanzas científicas dicen que los corpúsculos o electrones creadores son
femeninos.
Un
corpúsculo femenino se destaca, o mejor dicho, deja a un corpúsculo masculino y
comienza una nueva carrera. Cuando un corpúsculo femenino se une a otro
masculino, empieza determinado proceso, este nuevo átomo está compuesto
realmente por una unión de electrones masculinos y femeninos. Estos electrones
o corpúsculos son los obreros más activos en el campo de la naturaleza. El
papel del principio masculino parece ser el de dirigir a cierta energía inherente
hacia el principio femenino poniendo así en actividad el proceso creador. Las
enseñanzas herméticas comprenden en gran parte la operación de los principios
del género en la producción y manifestación de las diversas formas de energía.
La teoría
eléctrica del universo es la última doctrina científica hermética, y está
adquiriendo rápidamente gran popularidad y aceptación.
GENERO
MENTAL: Otros autores han llamado igualmente la atención con sus teorías
referentes a las mente “consiente y subconsciente”, mentes voluntaria e
involuntaria, mente activa y pasiva etc. Esas teorías podrán diferir según cada
autor, pero siempre queda el principio básico que es el de la dualidad mental.
El principió masculino de la mente corresponde a la llamada mente objetiva,
consideremos ahora las enseñanzas herméticas concernientes al género mental.
Los instructores hermético imparten enseñanzas concernientes a este punto,
pidiendo a sus discípulos que se atengan al proceso de su propia conciencia, a
su propio yo. Si bien el principio parece que solo existe un único yo un examen más cuidadoso
revela que existe un yo y un mí.
Comencemos
considerando el “mi” que generalmente se confunde con el “yo” si no se
profundiza mucho en los receso de la conciencia. El hombre sabe que estas emociones
y sentimientos cambian, que nacen y mueren, que están sujetos al principio del
ritmo y al de la polaridad, cuyos principios lo llevan de un extremo a otro.
El “mi” de
muchos hombres está compuesto en gran parte de la conciencia que tiene de su
propio cuerpo y de sus apetitos físicos. No pueden concebirse sin él. Su mente
le parece que es algo “que pertenece” a su cuerpo lo que, en muchos casos, es
realmente cierto, pero aun entonces es muy capaz de identificar el ‘mi’
completamente con sus estados mentales, sensaciones, etc. Que siente existen
dentro de él. Puede comprobar también que esos estados cambian mediante un
esfuerzo volitivo, y que es capaz de producir una sensación o estado de
naturaleza completamente opuesta de la misma manera y sin embargo sigue
existiendo siempre el mismo “mi”. Después de realizado ese ejercicio el discípulo
se encontrara en posición consiente de un “ser” que puede ser considerado bajo
su doble aspecto del “yo” y de “mi”. También se experimenta que el “yo” puede
permanecer aparte, testigo de las operaciones o creaciones del “mi” este doble
aspecto existe en la mente de toda persona el “yo” representa el principio
masculino del genero mental y el “mi” el principio femenino.
La
tendencia del principio femenino es siempre la de recibir impresiones, mientras
que la tendencia del masculino es a darlas o a expresarlas. Las personas que
pueden prestar continuada atención a un sujeto emplean activamente ambos
principios mentales: el femenino, en el trabajo activo de la generación mental,
y el masculino en estimular y dar energía a la porción creadora de la mente.
En los
fenómenos telepáticos de ver que la energía vibratoria del principio masculino
se proyecta había el principio femenino de otra persona, y que esta última
absorbe ese pensamiento y le permite desarrollarlo y madurarlo. El proceso
normal es que el principio masculino y el femenino de una persona obren coordinadamente y armoniosamente conjuntamente,
desgraciadamente, el principio masculino del hombre, corriente es demasiado
inerte y perezoso para obrar y el y el despliegue del poder volitivo es muy
ligero y, en consecuencia, la mayoría está dirigida por la mentes y voluntades
de los demás a quienes se permite querer y pensar por uno mismo.
El hombre
fuerte del mundo manifiesta invariablemente el principio masculino de voluntad
y su fuerza depende materialmente de este hecho, contémplese un hombre fuerte y
véase como se las arregla para implantar sus gérmenes mentales en la mente de
las masas obligándolas así a pensar de acuerdo con sus deseos.
La
influencia peculiar que ejerce un hombre sobre otro es debido a la
manifestación del género mental según las líneas vibratorias ya indicadas. En
realidad la doctrina hermética afirma que la misma creación del universo
obedece a dicha ley y que en todas las manifestaciones creadoras sobre los
planos espirituales, mental, y físico, siempre está en operación el principio
de género, el principio realmente trabaja en la práctica porque está basado
sobre las leyes universales e inmutables de la vida.
Los hechos
principales señalados en esas obras son exactos aunque los diversos autores
tratan de explicarlos por las diferentes teorías de su propia cosecha. El
objeto de esta obra no es el de dar una explicación extensa de los fenómenos
psíquicos sino más bien el de indicar sencillamente la clave maestra que abre
las muchas puertas que conducen al tiempo del saber, si se desea explorar su
interior, con la ayuda del Kybalion se puede entrar en cualquier biblioteca,
pues la antigua luz de Egipto iluminara las paginas confusas y los problemas
obscuros. Este es el verdadero objeto de esta obra y que sirva para conciliar
todas las teorías, por diferentes u opuestas que parezcan.
AXIOMAS
HERMETICOS: La posesión del conocimiento, si no va acompañada por una
manifestación y expresión en la práctica y en la obra, es lo mismo que el
enterrar metales preciosos una cosa vana e inútil. El conocimiento lo mismo que
la fortuna, deben emplearse. La ley del uso es universal, y el que la viola
sufre por haberse puesto en conflicto con las fuerzas naturales.
Las enseñanzas
herméticas han sido cuidadosamente mantenidas en secreto, en el corazón de sus
afortunados poseedores por las razones ya expuestas pero nunca se pensó en
mantenerlas siempre así. Para cambiar vuestra característica o estado mental
cambiad vuestra vibración.
Uno puede
cambiar sus vibraciones mentales, mediante un esfuerzo de la voluntad, fijando
la atención deliberadamente sobre el estado deseado. La voluntad es la que dirige
a la atención y esta es la que cambia la vibración.
Para
destruir un grado de vibración no deseable póngase en operación el principio de
polaridad y concéntrese a la atención en el polo opuesto al que se desea suprimir.
Lo no deseable se mata cambiando su polaridad.
Algunos
autores han expresado esta idea ilustrándola con el ejemplo de una habitación
obscura. No hay que perder el tiempo tratando de arrojar afuera a la obscuridad
si no que es muchísimo mejor abrir las ventanas y dejar entrar la luz, y la
obscuridad desaparecerá por si sola. Cambiando la polaridad pueden dominarse
las modalidades y estados mentales, rehaciendo toda la disposición propia y construyendo
así el cáncer.
La mente así
como los metales y los elementos, puede tramontarse de grado en grado de
condición en condición, de polo a polo, de vibración en vibración.
Si
comprendemos este principio podemos cambiar nuestra propia polaridad así como
la de los demás, siempre que dediquemos a ello el tiempo, el cuidado, el
estudio y la practica necesarios para dominar ese arte.
El ritmo
puede neutralizarse mediante el arte de la polarización. Los herméticos enseñan
además que la ley de la neutralización nos capacita en gran extensión a
sobreponernos a la operación del ritmo en la conciencia. Esta se efectúa
polarizándose en el yo superior, elevando así las vibraciones mentales del ego
sobre el plano de conciencia ordinario. El hermético avanzado se polariza en el
polo positivo de su ser el yo soy más bien que en el polo de su personalidad, y
reusando y negando la operación del ritmo, se eleva sobre su plano de
conciencia permaneciendo firme en su afirmación de ser, y la oscilación pasa en
el plano inferior, sin cambiar para nada su propia polaridad. Solo es posible
sobreponerse a una ley equilibrándola con otra, manteniendo así el equilibrio,
aun los seres más elevados están sujetos a este principio según se manifiesta
en los planos superiores, pero en los inferiores son señores y no esclavos.
El sabio
sirve en lo superior, pero rige en lo inferior. Obedece a las leyes que están
por encima de él, pero su propio plano y en las que están por debajo de él,
rige y ordena sin embargo al hacerlo, forma parte del principio en vez de
oponerse al mismo. El sabio se sumerge en la ley y comprendiendo sus
movimientos opera en ella en vez de ser su ciego esclavo. Aquel que esto
comprenda va en el buen camino que
conduce a la maestría.
La
verdadera transmutación hermética es un arte mental. El todo es mente; el
universo es mental. Al amparo de tales premisas fue creciendo paulatinamente el
árbol de la ciencia hermética que reconocemos como sus raíces al Kybalion. Y
este último resumen de un conocimiento intemporal encontró Hermes Trismegisto a
su más consumado mentor y mensajero el Kybalion es, pues, una exposición
sincera y rotunda de los esquemas básicos des esoterismo y como muy bien lo
señala los tres iniciados no se proponen erigir un nuevo templo de la sabiduría
si no poner manos del investigador la llave que abrirá las numerosas puertas
internas que conducen hacia el templo del misterio.
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