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jueves, 10 de octubre de 2013

El Kybalion


Los Misterios de Hermes

Gran Fundador, Hermes Trismegisto, “el elegido de los dioses”, quien murió en el antiguo Egipto, cuando la raza actual estaba en su infancia. Contemporáneo de Abraham, y, si la leyenda no miente, instructor de aquel venerable sabio, Hermes fue y es el Gran Sol Central del Ocultismo, cuyos rayos han iluminado todos los conocimientos que han sido impartidos desde entonces. Todas las bases fundamentales de las enseñanzas esotéricas que en cualquier tiempo, aun las más antiguas doctrinas de la India han tenido su fuente en las enseñanzas herméticas.

Desde la tierra del Ganges muchos ocultitas avanzados se dirigieron hacia el Egipto para postrarse a los pies del Maestro. Estableciéndose así firmemente la Doctrina Secreta. De todas partes del globo vinieron discípulos y neófitos que miraban a Hermes como el Maestro. El estudiante de religiones comparadas puede fácilmente percibir la influencia tan grande que las enseñanzas herméticas han ejercido en todas las religiones.

La obra de Hermes parece haberse dirigido en el sentido de sembrar la gran verdad que se ha desarrollado y germinado en tantas y tan extrañas formas, más bien que en el de establecer una escuela de la filosófica que formas, más bien que en el de establecer una escuela de la filosófica que dominara el pensamiento del mundo. De los labios a los oídos fue transmitido este conocimiento entre esos pocos. Siempre han existido en cada generación y en los diversos países de la tierra algunos iniciados que conservaron viva la sagrada llama de las enseñanzas herméticas, y que siempre han deseado emplear sus lámparas para encender las lámparas menores de los del mundo profano.

Los hombres no han olvidado aun los preceptos de Hermes respecto a la transmisión de estas enseñanzas a los que estén preparados para recibirlas, acerca de lo cual dice El Kybalion: “Donde quiera que estén las huellas del Maestro, allí, los oídos del que esta pronto para recibir sus enseñanzas se abren de par en par” Y además: “Cuando el oído es capaz de oír, entonces vienen los labios que han de llenarlos con sabiduría”.

Los hermetistas nunca han deseado ser mártires, sino que, por el contrario, han permanecido retirados, silenciosos y sonrientes ante los esfuerzos de algunos que se imaginaban, en su ardiente entusiasmo, que podían forzar a una raza de barbaros a admitir verdades que solo pueden comprender los que han avanzado mucho en el Sendero.

Capítulo I.- La filosofía hermética: “Los labios de la sabiduría permanecen cerrados, excepto para el oído capaz de comprender”

El Kybalion.- Desde el antiguo Egipto, durante centurias enteras. La patria de las pirámides y de la Esfinge, fue la cuna de la Sabiduría Secreta y de las doctrinas místicas. Todas las naciones han sacado las suyas de sus doctrinas esotéricas, La India, Persia, Caldea, Medea, China, Japón, Asiria, la antigua Grecia y Roma, se aprovecharon libremente de las doctrinas formuladas por los hierofantes y Maestros de la tierra de Isis.

El Egipto fue la residencia de la Gran Logia de las fraternidades místicas. Entre esos grandes maestros existió uno al que los demás proclamaron "el Maestro de los Maestros". Este hombre, si es que puede llamarse "hombre" a un ser semejante, vivió en Egipto en la más remota antigüedad y fue reconocido bajó el nombre de Hermes Trismegisto.

Fue el padre de la Sabiduría, el fundador de la astrología, el descubridor de la alquimia. Los detalles de su vida se han perdido para la historia, debido a la inmensidad espacio de tiempo transcurrido desde entonces. La fecha de su nacimiento en Egipto, muchos antes de Moisés. Las autoridades en la materia lo creen contemporáneo de Abraham.

Después de haber transcurrido muchos años desde su muerte (llegó tradición afirma que vivió trescientos años), los egipcios lo identificaron e hicieron de él uno de sus dioses, bajo el nombre de Thoth. Años después los griegos hicieron también de él otro de sus dioses y lo llamaron Hermes.

Aún en nuestros días tramos el término "hermético" en el sentido de "secreto", "reservado". Y está política de diseminar cuidadosamente la verdad ha caracterizado siempre a los hermetistas, aún en nuestros días. Las enseñanzas herméticas se encuentran en todos los países y en todas las religiones, pero nunca identificada como un país en particular ni con secta religiosa alguna. Lo mismo pasó con las enseñanzas herméticas de los gnósticos cristianos, enseñanzas que se perdieron por el tiempo de Constantino, quién mancilló la filosofía mezclándola con la tecnología, y la iglesia cristiana perdió entonces su verdadera esencia y espíritu, viéndose obligada a andar a ciegas durante varios siglos.

Pero siempre han existido unas cuantas almas que han conservado viva la llama, alimentándola cuidadosamente y no permitiendo que se extinguiera su luz. En los primeros tiempos existió una compilación de ciertas doctrinas herméticas que eran las bases fundamentales de toda la Doctrina Secreta, y que habían sido, hasta entonces, transmitidas del instructor al estudiante, compilación que fue conocida bajo el nombre de El Kybalion, cuyo exacto significado se perdió durante centenares de años. Estas enseñanzas constituyen realmente los principios básicos de la "alquimia hermética", la que, contrariamente a lo que se cree, está basada en el dominio de las fuerzas mentales, más bien que en el de los elementos materiales.

Las máximas originales, axiomas y preceptos de El Kybalion están impresos con otro tipo de letra. Esperamos que los lectores de esta obra sacarán tanto provecho del estudio de sus páginas como la han sacado otros que han pasado antes por el mismo sendero que conduce a la maestría desde los tiempos de Hermes Trismegisto, el Maestro de los Maestros, el Tres veces Grande, hasta ahora.

Dice El Kybalion: "Donde quiera que estén las huellas del Maestro, allí los oídos del que está pronto para recibir sus enseñanzas se abren de par en par." "Cuando el oído es capaz de oír, entonces viene los labios que han de llenarlos con sabiduría."

Capítulo II.- Los siete principios herméticos: "Los principios de la verdad son siete: el que comprenda esto perfectamente, posee la clave mágica ante la cual todas las puertas del Templo se abrirán de par en par."  

"El TODO es Mente; el universo es mental.".- Este principio encierra la verdad de que "todo es mente". El TODO, que es la realidad sustancial que se oculta detrás de todas las manifestaciones y apariencias que conocemos bajo los nombres de "universo material", "fenómenos de la vida", "materia", "energía", etc., y en una palabra, todo cuando es sensible a nuestros sentidos materiales, es espíritu, quién en sí mismo es incognoscible e indefinible, pero que puede ser considerado como una mente infinita, universal y viviente.

El principio de correspondencia: "Como es arriba, es abajo, como es abajo, es arriba."

 

Este principio encierra la verdad de que hay siempre una cierta correspondencia entre las leyes y los fenómenos de los varios estados del ser y de la vida, y el antiquísimo axioma hermético se refiere precisamente a esto, y afirma. "Como es arriba, es abajo, como es abajo, es arriba". Los antiguos hermetistas consideran este principio como uno de los más importantes auxiliares de la mente, cuyo intermedio se puede descorrer el velo que oculta lo desconocido de nuestra vida.

El principio de vibración: "Nada está inmóvil; todo se mueve; todo vibra."

Este principio encierra la verdad de que todo está en movimiento, de que nada permanece inmóvil, cosas ambas que confirman por su parte la ciencia moderna, y cada nuevo descubrimiento lo verifica y comprueba. La vibración del espíritu es de una intensidad infinita; y en el otro extremo de la escala hay formas de materia densísima, cuya vibración es tan débil que parece también estar en reposo. Entre ambos polos hay millones de millones de grados de intensidad vibratoria.

El principio de polaridad: "Todo es doble, todo tiene dos polos, todo, su par de opuestos: los semejantes y los antagónicos son lo mismo; los opuestos son idénticos en naturaleza, pero diferentes en grado; los extremos se tocan; todas las verdades son medidas verdades, todas las paradojas pueden reconciliarse."

Este principio encierra la verdad de que todo es dual; todo tiene dos polos; todo su par de opuestos, afirmaciones que son de otros tantos axiomas herméticos. Explica y dilucida las antiguas paradojas que han dejado perplejos a tantísimos investigadores, y que literalmente decían: "La tesis y la antítesis son idénticas en naturaleza, difiriendo sólo en grado"; "los opuestos son idénticos en realidad, diferenciándose en su gradación"; "los pares de opuestos pueden conciliarse, los extremos se tocan"; "todo es y no es al mismo tiempo", "toda verdad no es sino media verdad"; "toda verdad es medio falsa", etc. Este principio explica que en cada cosa hay dos polos, dos aspectos, y que los "opuestos" no son, en realidad, sino los dos extremos de la misma cosa, calor y frío, luz y oscuridad, duro y blando, placer o disgusto, mal y bien.

El principio del ritmo: "Todo influye y refluye; todo tiene sus períodos de avance y retroceso, todo asciende y desciende; todo se mueve como en péndulo; la medida de su movimiento hacia la derecha, es la misma que la de su movimiento hacia la izquierda; el ritmo es la compensación."

 

Este principio encierra la verdad de que todo se manifiesta en un determinado movimiento de ida y vuelta; un flujo y reflujo, una oscilación de péndulo entre los dos polos que existen de acuerdo con el principio de polaridad, descrito un momento ha. Hay siempre una acción y una reacción, un avance y un retroceso, una ascensión y un descenso. Este, así como el de la polaridad, ha sido cuidadosamente estudiado por los hermetistas, y los métodos de contrabalancearlos, neutralizarlos y emplearlos, forman una de las partes más importantes de la alquimia mental hermética.

El principio de causa y efecto: "Toda causa tiene su efecto; todo efecto tiene su causa; todo sucede de acuerdo a la ley; la suerte no es más que el nombre que se le da a la ley no reconocida; hay muchos planos de casualidad, pero nada escapa a la Ley."

La suerte es una palabra vana, y si bien existen muchos planos de causas y efectos, dominando los superiores a los inferiores, aun así ninguno escapa totalmente a la Ley. Los hermetistas conocen los medios y los métodos por los cuales su puede ascender más allá del plano ordinario de causas y efectos, hasta cierto grado, y alcanzando mentalmente el plano superior e convierten en causas en vez de efectos.

Ayudan a las masas y a los individuos a divertirse en el juego de la vida, en vez de ser ellos los jugadores o los autómatas movidos por ajenas voluntades. Utilizan el principio, en vez de ser sus instrumentos. Los Maestros obedecen a la causalidad de los planos superiores en que se encuentran, prestan su colaboración para regular o regir en su propio plano.

El principio de generación: "La generación existe por doquier; todo tiene su principio masculino y femenino; la generación se manifiesta en todos los planos."

Este principio encierra la verdad de que la generación se manifiesta en todo, estando siempre en acción los principios masculino y femenino. Esto es verdad, no solamente en el plano físico, sino también en el mental y en el espiritual. Cada ser contiene en si mismo los dos elementos de este principio. Si deseáis conocer la filosofía de la creación, generación y regeneración mental y espiritual. Advertimos que este principio nada tiene que ver con las perniciosas y degradantes teorías, enseñanzas y prácticas, que se anuncian con llamativos títulos, las que no son más que una prostitución del gran principio natural de generación. La Filosofía Hermética siempre ha alcanzado su verbo de protesta contra esas licencias y perversiones de los principios naturales. Para el puro todas las cosas son puras; para el ruin todas son ruines.

Capítulo III.- Transmutación mental: "La mente así como todos los mentales y demás elementos, pueden ser transmutados, de estado en estado, de grado en grado, de condición en condición, de polo a polo, de vibración en vibración. La verdadera transmutación hermética es una práctica, un método, un arte mental."

Los hermetistas fueron los verdaderos creadores de la alquimia, de la astrología y la psicología, habiendo sido Hermes el fundador de esas escuelas de pensamiento. De la astrología ha derivado la astronomía moderna; de la alquimia ha surgido la química y de la psicología mística la psicología moderna. Entre los muchos aspectos y tópicos de conocimientos secretos de los hermetistas se encuentra lo que se conoce como "transmutación mental", de la que vamos a tratar en este capítulo.

"Transmutación" es el término generalmente empleado para designar el antiguo arte de transmutar los metales, especialmente los de poco valor, en oro. La palabra "transmutar" significa "cambiar de naturaleza, de sustancia y de forma, convirtiéndose en otra; transformarse en otra cosa". Y de acuerdo con esa definición, "Transmutación mental" significa el arte de transformar o cambiar los estados, cualidades, formas, condiciones metales etc., entre otros.

El primero de los siete principios herméticos es el de mentalismo, que afirma que "el TODO es mente, que el universo es mental", lo que significa que la única realidad que se oculta tras todo cuando existe es mente; y el universo en sí mismo es una creación mental, esto es, existe en la mente del TODO.

Es muy cierto que nadie, excepto los alquimistas mentales más avanzados, han alcanzado el grado de poder necesario para dominar las condiciones físicas más densas, tales como los elementos de la naturaleza, la producción y cesación de las tempestades, la producción y cesación de terremotos u otros fenómenos físicos de cualquier clase, pero que tales hombres existieron y que existen es una cosa que no duda ningún ocultista, sea de la escuela que sea. Según el principio del mentalismo de El Kybalion, que dice: "El universo es una creación mental".

El que práctica la transmutación mental trabaja en ese plano, transformando condiciones y estados mentales de otros, de acuerdo con fórmulas más o menos eficaces. Los varios "tratamientos", "afirmaciones", "autosugestiones", etc., de las escuelas mentalistas no son más que esas mismas fórmulas. Son unos ignorantes preparados con los antiguos Maestros, porque no poseen el conocimiento fundamenta sobre la cual está basada esa operación.

Ahora procederemos a considerar el primero de los siete principios herméticos, el del mentalismo, el que se explica y desarrolla el axioma de que el TODO es mental, de que el universo es una creación mental, según las palabras de El Kybalion.

Capítulo IV.- El Todo: "Más allá del Kosmos, del Tiempo, del Espacio, de todo cuando se mueve y cambia, se encuentra la realidad Substancial, la Verdad Fundamental."

"Sustancia" significa lo que yace oculto bajo toda manifestación externa, la realidad esencial, la cosa en sí misma. "Substancial" significa actualmente existente, el elemento esencial, el ser real. "Realidad" significa el estado del ser verdadero, real, eterno, permanente, fijo.

Más allá de toda apariencia externa o manifestación debe haber siempre una realidad substancial. Está ley. El hombre al considerar y examinar el universo, del cual es una unidad.

 

Todos los pensadores, de cualquier parís o época, se han visto obligados a afirmar la existencia de esta realidad substancial. Todas las filosofías, cualquiera que haya sido su nombre, se han basado en esta idea. Los hombres han dado a esta realidad substancial muchos nombres: algunos la han denominado "Dios", otros "Divinidad Infinita" y "Eterna Energía", "Materia", etc., pero todos han reconocido su existencia. Es evidente por sí misma. No necesita argumentos.

Aceptamos y enseñamos las teorías de los grandes pensadores herméticos, como también las de esas almas iluminadas que han ascendido a planos superiores de existencia. Unos y otros afirman que la naturaleza íntima del TODO es incognoscible. Esto debe ser así efectivamente, pues nadie, excepto el TODO mismo, puede comprender su propia naturaleza y su propio ser. Los hermetistas creen y enseñan que el TODO en sí mismo es y debe ser incognoscible.

Si bien es cierto que la naturaleza esencial del TODO es incognoscible, hay, sin embargo, ciertas verdades relacionadas con su existencia, que la mente humana se ve obligada a aceptar. - Lo que constituye la Verdad fundamental, la Realidad substancial, está más allá de toda denominación, pero el sabio lo llama el TODO."

"En su esencia, el TODO es incognoscible.".- "Más el dictamen de la razón debe ser recibido hospitalariamente, y tratado con respeto." El TODO debe ser infinito, porque nada puede existir que defina, limite o ponga restricciones al TODO. Debe existir por siempre, porque nada hay que pueda destruirlo, y jamás puede dejar de ser ni aún por un solo momento, porque algo nunca puede convertirse en nada. Debe ser infinito del Espacio, en Poder, o Absoluto, porque nada hay que pueda limitarlo, restringirlo, confinarlo u obstaculizarlo.

El TODO debe ser inmutable, esto es, no sujeto a cambio en su naturaleza real, porque nada existe que pueda obligarlo a cambiar, ni nada de lo que pueda haberse transformado. Siendo el TODO Infinito, Absoluto, Eterno, Inmutable, debe deducirse que todo lo que es finito, mudable, transformable y condicionado, no puede ser el TODO. Y como nada existe fuera de Él en realidad, todo lo que sea finito debe ser nada realmente.

¿Es pues, la TODA mera fuerza o energía? No. La fuerza, tal como la entiendan los materialistas, es una cosa ciega, mecánica, carente de vida o mentalidad. La vida y la mente no pueden nacer de ciega energía, por las razones dadas un momento ha: "Nada puede subir más alto que su propia fuente, nada evoluciona si no ha involucionado, en un efecto si no está en la causa". Así que el TODO no puede ser mera fuerza o energía, porque si lo fuera no existiría eso que se llama mente y vida, y ambas sabemos que existen, porque nosotros estamos vivos y estamos empleando nuestra mente en considerar está cuestión; y en iguales condiciones se encuentran los que afirman que la energía es todo. El TODO es mente viviente e infinita, los iluminados lo llaman Espíritu.

Capítulo V.- El universo mental: "El universo es una creación mental sostenida en la mente del TODO." El Kybalion

El TODO es espíritu. Más ¿qué es el espíritu? Esa pregunta no puede ser contestada, puesto que definirla sería prácticamente definir al TODO, el cual no puede explicarse. El espíritu es simplemente el nombre que los hombres dan a la más elevada concepción de la infinita Mente Viviente, significa la esencia real, tan superior a todo cuanto entendemos por mente y vida, como estas últimas a la energía y la materia.

Si el Universo existe absolutamente, o por lo menos parece que existe, debe preceder en alguna forma del TODO, ser su creación. Pero como algo no puede venir de nada, ¿de qué pudo crearlo el TODO? Algunos filósofos han contestado a esta pregunta diciendo que el TODO creo al Universo del sí mismo, esto es, sacándolo de su propia sustancia. Si el átomo gritara "yo soy hombre", todavía sería modesto en comparación.

¿No existe otro medio por el cual crea el hombre? Sí, hay otro: la creación mental. Al secreto está forma, él no emplea materiales que le aporten el mundo externo, ni se reproduce a sí mismo, y, sin embargo, su espíritu compenetra su creación mental.

El TODO crea el Universo mentalmente, de una manera parecida al proceso mediante el cual el hombre crea sus imágenes mentales. He aquí que en esta descripción coinciden tanto el dictamen dado por la razón como el de las almas iluminadas. Tales las que enseñó Hermes.

"El TODO crea en su mente infinita, innumerables universos, los que existen durante eones de tiempo, y así y todo, para Él, la creación, desarrollo, decadencia y muerte de un millón de universos no significa más que el tiempo que se emplea en un abrir y cerrar de ojos." El Kybalion

La mente infinita del TODO es la matriz del Kosmos." El Kybalion

El TODO es UNO, y su mente infinita es donde crean, generan y existen los Kosmos. La mente en la que se efectúa la generación de imágenes puede ser llamada el "mi", en distinción con el "yo", que permanece aparte y que examina los pensamientos, ideas e imágenes del "mi".

"No hay nadie que no tenía padre y madre en el Universo." El Kybalion

Capítulo VI.- La paradoja divina: "El sabio a medias, reconociendo la relativa del Universo, se imagina que puede desafiar sus leyes, ése no es más que un tonto vano y presuntuoso, que se estrellara contra las rocas y será aplastado por los elementos, en razón de su locura. El universo sabio conociendo la naturaleza del universo, emplea la Ley contra las leyes: las superiores contra las inferiores, y por medio de la alquimia transmuta lo que no es deseable, en lo valioso y de esta manera triunfa. La maestría consiste, no en sueños anormales, visiones o imágenes fantasmagóricas, sino en el sabio empleo de las fuerzas superiores contra las inferiores vibrando en los más elevados. La transmutación (no la negación presuntuosa), es el arma del Maestro.

Esta es la paradoja del Universo, la que resulta del principio de polaridad, principio que se manifiesta cuando el TODO empieza a crear.

Aunque para el TODO infinito el Universo, sus leyes, sus poderes, su vida, sus fenómenos, son como cosas contempladas en el estado de meditación o ensueño, el Universo debe ser tratado como real, y la vida, las acciones y los pensamientos deben estar basados en ellos, acordemente, si bien se tenga un claro conocimiento y realización de la Verdad Superior cada uno respecto a su propio plano y leyes.

El principio del Mentalismo, a la vez que explica la verdadera naturaleza del Universo sobre la base de que todo es mental, no cambia las concepciones científicas del Universo, de la vida o de la evolución. En realidad, la ciencia no hace más que corroborar las enseñanzas herméticas.

Así, pues, el estudiante no necesita dejar a un lado los puntos de vista científicos referentes al Universo. Todo lo que se le pide es que comprenda el principio básico de que el TODO en mente, de que el Universo es mental.

Una vez que se comprenda la ventaja del Mentalismo se aprende a conocer, emplear y aplicar las leyes resultantes. Pero no se caiga en la tentación que, según indica El Kybalion, acecha al medio sabio que lo hace hipnotizarse por la aparente irrealidad de las cosas, siendo su conciencia que camina de un lado para otro como soñando, viviendo en un mundo de ensueños, ignorando la vida diaria y su trabajo siendo su final que se destrozara contra las rocas y se disolverá en los elementos, en razón de su locura.

EL todo en todo: si bien es cierto que todo está en el TODO, no lo es menos que el todo Está en todas las cosas. El que comprende esto debidamente, ha adquirido gran conocimiento.

Cuando a menudo se ha oído a la mayoría repetir la afirmación de que su deidad era “todo en todo”, y cuan poco ha sospechado el intimo significado oculto encerrado en esas palabras emitidas tan sin ni son! La presión comúnmente empleada es lo que ha quedado de la máxima hermética del epígrafe. Como dice El Kybalion: “El que comprende esto debidamente, ha adquirido gran conocimiento”. Y si esto es así, tratemos de comprender lo que significa, dada su gran importancia.

En esa máxima está encerrada una de las más grandes verdades filosóficas, científicas y religiosas.

Existen muchos Planos del Ser, muchos subplanos de vida, muchos grados de existencia en el Universo. Y todos dependen del adelanto de los seres en la escuela, cuyo punto más bajo es la materia más densa, estando el Ser más elevado separado del Espíritu del TODO sólo por una sutilísima división, y por todas partes, a lo largo de esta escala de la vida, todo está en movimiento. Todos están en el sendero, cuyo fin y meta es el TODO. La doctrina hermética concerniente al proceso de la creación mental del Universo es que, al principio del ciclo creador, el TODO, en su aspecto de ser, proyectad su voluntad hacia su aspecto de “Devenir” y el proceso de la creación comienza. Se dice que este proceso se reduce a una disminución gradual de intensidad vibratoria hasta que se alcanza un grado denso posible de materia.

Los planos de correspondencia “Como es arriba, es abajo; como es abajo, es arriba”

Para facilitar la meditación y el estudio, la Filosofía hermética considera que el Universo puede dividirse en tres grandes clases de fenómenos, conocidas como los tres Grandes planos:

I. EL PLANO FISICO, II. EL PLANO MENTAL y III. EL PLANO ESPIRITUAL.

Estas divisiones son más o menos artificiales y arbitrarias, porque la verdad es que las tres divisiones no son más que grados ascendentes en la gran escala de la vida, siendo el punto más bajo la materia indiferenciada, y el más elevado el espíritu. Y además los diferentes planos se esfuman unos a otros, de manera que no puede establecerse una división firme y nítida entre la parte superior del plano físico y la inferior del mental. En una palabra, los tres grandes planos pueden ser considerados como tres grandes grupos de vida en manifestación.

Plano: es un lugar que tiene dimensiones, o no es más que una condición o estado, es una escala, y está sujeto a medida. Pero existe otra dimensión de las cosas creadas, o medida en línea recta, conocida por los ocultistas y también por los hombres de ciencia, aunque estos últimos no le hayan dado el nombre de dimensión. Esta nueva dimensión, que por el momento es la base de muchas especulaciones bajo el nombre de Cuarta Dimensión, es el tipo usado para determinar los “grados” o planos.

Esta cuarta dimensión puede ser denominada la de la “Vibración”. Es un hecho bien conocido por la ciencia moderna, así como los hermetistas quienes han encerrado esa verdad en su tercer principio, que “todo está en movimiento, todo vibra, nada está en reposo”.

Cuanto más elevado es el grado de vibración, tanto más elevado es el plano. De manera, pues, que aunque un plano no es un lugar, ni estado o condición, posee, sin embargo, cualidades comunes a ambos.

El átomo de la materia, la unidad de fuerza, la mente del hombre y el ser del arcángel, no son más que grados de una sola y misma escala, y todos son fundamentalmente los mismos, siendo la diferencia sólo cuestión de grado y de intensidad vibratoria: todos son creaciones del TODO, y tienen su existencia dentro de su mente infinita.

Los herméticos subdividen cada uno de esos tres grandes planos en siete planos menores, y cada uno de éstos en siete subplanos, siendo estas divisiones más o menos arbitrarias, esfumándose unas en otras, pero han sido adoptadas por conveniencias del estudio científico.

El Gran Plano Físico, y sus siete planos menores, es la división que comprende todos los fenómenos del universo que se refieren a las cosas, fuerza y manifestaciones físicas. Y de acuerdo con ello, los herméticos clasifican la materia bajo el título de energía, y le adjudican tres de los siete planos menores del Gran Plano Físico.

El Plano de Materia A comprende las formas materiales sólidas. Liquidas y gases, tal como la reconocen generalmente las obras de texto físicas. El Plano de Materia B comprende ciertas formas más elevadas y sutiles de la existencia que la ciencia recién comienza a conocer, los fenómenos de la materia radiante, bajo sus fases de radium     . El Plano de la Materia C comprende formas de la materia más sutil y tenue, cuya existencia ni siquiera sospechan los hombres de ciencia actuales. El Plano de la Sustancia Etérea comprende lo que la ciencia denomina “éter”, sustancia de tenuidad extrema y de prodigiosa elasticidad, que compenetra todo el Espacio Universal y que obra como médium para la transmisión de ondas de energía tales como la luz, el calor, la electricidad, etc. La doctrina hermética dice que ese plano tiene siete subdivisiones (como las tienen los demás planos menores), y que, en realidad, hay siete éteres en vez de uno.

El plano de la mente mineral comprende los estados o condiciones de las unidades o entidades, o grupos y combinaciones de las mismas. El plano de la mente elemental A  comprende el estado o condición y grado de desarrollo mental y vital de una clase de entidades desconocidas para el hombre corriente, pero que el ocultista conoce.

EL plano de la Mente Vegetal y sus siete subdivisiones comprende los estados o condiciones de las entidades que encierra el mundo vegetal, los fenómenos mentales y vitales que se conocen corrientemente.

El plano de la Mente Elemental B y sus siete subdivisiones comprende los estados y condiciones de una forma de elementales o entidades invisibles, que hacen su obra en el Universo, cuya mente y vitalidad forma parte de la escala entre el Plano de la Mente Vegetal y el Plano de la mente Animal, participando dichas entidades de la naturaleza de ambos.

EL Plano de la Mente Elemental C y sus siete subdivisiones comprende las entidades o seres invisibles, que participan de la naturaleza de la vida animal y humana en determinado grado y  combinación.

El Plano de la Mente Humana y sus siete subdivisiones comprende las manifestaciones de la vida y mentalidad que son comunes al hombre en sus varios grados y divisiones. El hombre de la sexta subdivisión será el superhombre, y el de la séptima el ultra hombre.

En los siete planos menores del Gran Plano Espiritual existen seres de quienes hablamos como Ángeles, Arcángeles o semi-dioses. En los planos menores inferiores viven aquellos a quienes damos el hombre de Maestros y Adeptos.

Solo los herméticos más avanzados son capaces de comprender las enseñanzas secretas concernientes al estado de existencia y a los poderes manifestados en los planos espirituales. El fenómeno es tan superior al que se produce en los Planos Mentales que cualquier intento de descripción sólo servirá para producir una gran confusión de ideas. Y muchas de ellas las guardan celosamente los herméticos por considerarlas demasiado sagradas, importantes y hasta peligrosas, como para divulgarlas públicamente

El ocultista sabe muy bien que lo que él conoce como poder espiritual puede ser empleado con fines buenos o malos (de acuerdo con el principio de polaridad), hecho que ha sido reconocido por la mayoría de las religiones en sus concepciones de Satanás, Belcebú, el Diablo, Lucifer, Ángeles caídos, etc.

Para concluir, recordamos que, de acuerdo con el principio de correspondencia que encierra la verdad de que “como es arriba, es abajo: como es abajo es arriba”, todos los siete principios herméticos estás en plena operación en los diversos planos, físico, mental y espiritual.

El principio de polaridad se manifiesta en cada plano, siendo  los extremos o polos aparentemente opuestos y contradictorios. El principio del ritmo se manifiesta en cada plano, con flujo y reflujo, ascenso y descenso, ingreso y egreso. El principio de Causa y Efecto se manifiesta en cada plano, teniendo todo efecto su causa y toda causa su efecto. EL principio de Género se manifiesta en cada plano, estando siempre expresada la energía creadora y operando mediante los aspectos femenino y masculino.

NADA REPOSA; TODO SE MUEVE; TODO VIBRA: el tercer Gran Principio Hermético – el principio de la Vibración, encierra la verdad de que el movimiento se manifiesta en todos el Universo. Nada está en reposo, todo se mueve vibra y circula. Este principio hermético fue reconocido por algunos de los primitivos filósofos griegos, quienes lo expusieron en sus sistemas.

La doctrina hermética no afirma solamente que todo está en movimiento constante, sino que las diferencias entre las diversas manifestaciones del poder universal se deben por completo al diferente modo e intensidad vibratoria. El espíritu es uno de los polos de la vibración, constituyendo el otro polo formas de materia extremadamente densa. Entre ambos polos hay millones y millones de diferentes intensidades y modos de vibración. En primer lugar, la ciencia dice que toda materia manifiesta, en algún grado, la vibración producida por la temperatura o el calor.

Las moléculas están compuestas por átomos, los que como aquellas, también están en constante movimiento y vibración. Los átomos están en constante movimiento y vibración. “electrones”, “iones” etc. Y de esta manera toda materia manifiesta vibración, de acuerdo con el principio hermético correspondiente.

Los hombres de ciencia proponen como ilustración para ver los efectos del aumento de vibración una rueda girando con gran rapidez. Supongamos primeramente que la rueda gira lentamente. Entonces diríamos que es un “objeto”. Si el objeto gira lentamente lo podemos ver fácilmente, pero no sentimos el menor sonido. Aumentándose gradualmente la velocidad la nota se va elevando en la escala musical, y así se van distinguiendo unas tras otras las diversas notas conforme aumenta la velocidad de rotación.

Nada se oye ya, pues la intensidad del movimiento es tan alta que el oído humano no puede registrar sus vibraciones. Cuando el objeto ha alcanzado cierto grado de vibración, sus moléculas se desintegran, resolviéndose en sus elementos originales o átomos. Después de los átomos, según el principio de vibración, se separarían en innumerables corpúsculos desaparecerían y podría decirse que el objeto estaría compuesto por sustancia etérea.

Pero la doctrina hermética va mucho más allá que la ciencia moderna, y afirma que toda manifestación de pensamiento, emoción, razón, voluntad, deseo o cualquier otro estado mental, va acompañada por vibraciones, parte de las cuales se emanan al exterior y tienden a afectar las mentes de los demás por “inducción”. Esta es la causa de la telepatía, de la influencia mental y de otros efectos del poder de una mente sobre otra, la que ya va siendo de dominio público, debido a la gran cantidad de obras de ocultismo que están publicando discípulos e instructores sobre estas materias.

Cada pensamiento, emoción o estado mental tiene en su correspondiente intensidad y modalidad vibratoria. De la misma manera, podrá afectar las mentes de los demás, produciendo de ellos los requeridos estados mentales. En una palabra, podrá producir en el Plano Mental lo que la ciencia produce en el físico, o sea las vibraciones a voluntad. Este poder, por supuesto, puede adquirirse únicamente mediante las instituciones, ejercicios y prácticas apropiadas, siendo la ciencia que las enseña, la de la “trasmutación mental”, una de la rama de la Filosofía Hermética.

Un poco de reflexión  sobre lo que hemos dicho mostrará que el Principio de Vibración está oculto tras todos los maravillosos fenómenos de los poderes manifestados por los Maestros y Adeptos, quienes pueden aparentemente eludir las leyes de la Naturaleza, pero que, realmente, no hacen más que emplear una ley contra otro, un principio contra otros, y que llevan a cabo sus resultados modificando las vibraciones de las cosas materiales o de las energías, realizando así lo que comúnmente llamamos milagros.

POLARIDAD: “todo es dual, todo tiene polos; todo su par de opuestos; los semejantes y desemejantes son los mismos; los opuestos son idénticos en naturaleza, difiriendo sólo en grado; los extremos se tocan; todas las verdades, son medias verdades, todas las paradojas pueden reconciliarse”.

El Cuarto Gran Principio Hermético – el Principio de polaridad – encierra la verdad de que todas las cosas manifestadas tienen dos lados, dos aspectos, dos polos; un par de opuestos son innumerables grados entre ambos extremos. Las antiguas paradojas, que siempre han confundido la  mente de los hombres, quedan explicadas si se comprende este principio y ha tratado de expresarlas con dichos, máximas o aforismos como los siguientes: “Todo es  y no es al mismo tiempo”,” todas las verdades; no son más que medias- verdades”; “Toda verdad es medio-falsa”; Todas las cosas tienen dos lados”; ”Siempre hay un reverso para cada anverso”, etc.

Las enseñanzas herméticas opinan sobre la diferencia que existe entre cosas aparentemente opuestas diametralmente, que es solo cuestión de grado.

El espíritu y la materia no son más que polos de las mismas cosas, siendo los planos intermediarios cuestión de grados vibratorios meramente.

La Luz y la obscuridad son polos de la misma cosa, con muchos grados entre ambos. La escala musical es la misma. Bueno y malo no son cosas absolutas; a un extremo lo llamamos bueno y al otro malo, o Bien al uno y Mal al otro, de acuerdo con el sentido que queramos darle.

El amor  y el odio son considerados como diametralmente opuestos, completamente diferentes e irreconciliables. Pero si aplicamos el principio de polaridad encontraremos que no existe un amor absoluto o un odio absoluto, diferentes uno de otro.

Hay muchos grados de amor y de odio, y existe también un punto medio donde el agrado y el desagrado se mezclan en tal forma que es imposible distinguirlos. El valor y el medio quedan también bajo la misma regla. Los pares de opuestos existen por doquier.

Las cosas duras pueden tornarse blandas, las calientes, frías, y así sucesivamente, efectuándose siempre la trasmutación entre otras cosas de la misma clase, pero de grado diferente. Tratándose de un hombre cobarde, si se elevan sus vibraciones mentales a lo largo de la línea Miedo-Valor, se llenara de valentía y desprecio por el peligro. De la misma manera el odio y el amor son recíprocamente transmutables, así como el miedo y el valor. Pero el Miedo no puede transformarse en Amor, ni el Valor en Odio.

Este conocimiento le permitirá además ayudar a otros inteligentemente, cambiando, mediante los métodos apropiados, su polaridad. Es muy conveniente familiarizarse con este principio, porque su comprensión correcta arrojara muchísima luz sobre los problemas difíciles y oscuros.

RITMO: “Todo fluye y refluye, todo asciende y desciende; la oscilación pendular se manifiesta en todas las cosas; la medida del movimiento hacia la derecha es la misma que el de la oscilación a la izquierda; el ritmo es la compensación”.

El Quinto Gran Principio Hermético – El Principio del Ritmo – encierra la verdad de que en todos se manifiesta una oscilación medida, movimiento de ida y vuelta, un flujo y reflujo, un movimiento semejante al del      péndulo, una marea con suba y baja, manifestándose siempre entre los dos polos los planos físico, mental y espiritual. El principio del Ritmo está estrechamente relacionado con el principio de polaridad. Esto no significa, sin embargo, que la oscilación rítmica vaya hasta los extremos de cada polo, pues esto sucede rarísimas veces.

El principio se manifiesta en la creación y destrucción de los mundos, en la elevación y caída de las naciones, en la historia de la vida de todas las cosas y, finalmente, en los estados mentales del hombre. Lo mismo pasa con todos los grandes movimientos filosóficos, credos de cualquier clase, gobiernos, naciones, etc.: nacen, crecen, llegan a su madurez, decaen, mueren, sólo para renacer de nuevo.

La noche sigue al día y el día a la noche. El péndulo oscila del verano al invierno y de éste a aquel. Los corpúsculos, átomos y moléculas y todas las masas de materia, oscilan en torno del círculo que corresponde a su naturaleza. Este principio es de aplicación universal. Las mareas de la vida fluyen y refluyen de acuerdo con la ley.

La ciencia moderna reconoce el principio del Ritmo y lo considera de aplicación universal en cuanto se refiere a las cosas materiales. Los maestros Herméticos descubrieron que había dos planos generales de conciencia el inferior y el superior, y este descubrimiento les permitió elevarse al plano superior, escapando a la oscilación del péndulo rítmico, que se manifestaba en el plano inferior. Todo hombre, que en mayor o menor grado, ha adquirido cierto dominio de sí mismo, realiza esto más o menos conscientemente, impidiendo que sus modalidades o estados mentales negativos lo afecten, mediante la aplicación de la ley de la neutralización.

A esta ley de compensación se refiere El Kybalion cuando dice “La medida de la oscilación hacia la derecha es la misma que la de lo oscilación a la izquierda; el ritmo es la compensación”. El hombre capaz de gozar agudamente, es también capaz de sufrir en igual grado. El que solo es capaz de escaso dolor, tampoco puede gozar más que escaso placer.

La regla es que la capacidad para el placer y el dolor en cada individuo está equilibrada. Los herméticos consideran la cadena de vidas como continua, como simples puertas de una sola vida del individuo, de suerte que la oscilación rítmica es considerada en esta forma, mientras que no tendría significado alguno si no se admitiera la doctrina de la reencarnación.

La ley de compensación desempeña una parte importante en la vida de los hombres, pies se verá que uno generalmente paga el precio de lo que tiene o le falta. Si se posee una cosa, falta otra, y así se equilibra la balanza. Nadie puede guardarse su centavo y tener al mismo tiempo la torta, todo tiene su lado agradable y desagradable. Las cosas que uno obtiene siempre la paga con las que pierde. El rico posee mucho de lo que al pobre le falta, mientras que el pobre posee cosas que frecuentemente están fuera del alcance del rico. El millonario que gusta de los festines, y que tiene la fortuna necesaria para satisfacer sus deseos y asegurarse la satisfacción de su gula, carece del apetito necesario para gustarlos, y envidia el apetito y la digestión del obrero a quien le falta la fortuna y la inclinación del millonario, gozando más de su sencillo alimento que el millonario sin apetito y con el estómago arruinado y así sucede con todo en la vida. La ley de comprensión esta siempre obrando, equilibrando y contrabalanceando las cosas continuamente, en la sucesión del tiempo, aunque la oscilación del ritmo tarde vidas enteras.

CASUALIDAD: “toda causa tiene su efecto; todo efecto tiene su causa; todo ocurre de acuerdo con la ley. Azar no es más que el nombre que se le da a la ley no reconocida; hay muchos planos de casualidad, pero ninguno escapa a la ley“.

El sexto gran principio hermético-el principio de causa y efecto- encierra la verdad de que nada sucede casualmente; que la casualidad es solo un término que indica la existencia de una causa no reconocida o percibida; que el fenómeno es continuo sin soluciones de continuidad. El principio de causa y efecto esta tras todo pensamiento científico, antiguo o moderno, y fue enunciado por los instructores herméticos de los tiempos primitivos. Un poco de meditación evidenciaría que no existe absolutamente tal casualidad. Webster define la palabra casualidad diciendo que: es un supuesto agente o modo de actividad diferente de fuerza, ley o propósito, la operación o actividad de dicho agente; el efecto supuesto de tal agente; un suceso, un cosa fortuita, una casualidad, etc.

La palabra casualidad se deriva de una frase que significa “echar los dados”, siendo la idea encerrada que la caída es meramente una ocurrencia sin relación con causa alguna. Pero todo cae bajo la operación de la ley de causa y efecto, y si pudiéramos examinar todo el eslabonamiento de causas veríamos claramente que era sencillamente imposible que el dado callera en otra forma que en la que cayó bajo las mismas circunstancias y al mismo tiempo. La causa y el efecto residen meramente en los sucesos, un suceso o acontecimiento es lo que viene, llega u ocurre como consecuencia o resultado de un acontecimiento o evento anterior. Existe siempre una relación entre todo lo que ha pasado y todo lo que sigue.

No es nada fácil seguir la pista de esa partícula de hollín hasta los primitivos periodos de la historia del mundo, cuando formaba parte de un macizo tronco que más tarde se convirtió carbón, y así sucesivamente hasta el momento en que pasaba volando ante nosotros en busca de otras muchas aventuras.

Meditemos un momento. Si cierto hombre no hubiera encontrado a cierta mujer en la obscura edad de piedra vos, que estáis ahora leyendo estas líneas no estaríais aquí y si, quizá, la misma pareja no se hubiera encontrado, lo que escribimos estas líneas tampoco estuviéramos aquí todo pensamiento generado en nuestra mente, todo acto realizado, tiene sus resultado directos e indirectos, que se eslabonan coordinadamente en la gran cadena de causa y efecto.

No deseamos entrar a discutir sobre el libre albedrio y el determinismo en esta obra, por múltiples razones. Los hombres en su mayoría son más o menos esclavos de la herencia y del medio ambiente, manifiestan muy poco libre albedrio.

La mayoría de los hombres es arrastrada como si fuera una piedra, obedeciendo al medio ambiente, las influencias externas y a las modalidades, deseos y emociones internas, etc. Por no hablar de los deseos y voluntades de los demás que son más fuertes, pero los maestros que conocen las reglas del juego, se elevan por encima del plano de la vida material, y colocándose en contacto con los poderes superiores de sus naturalezas dominan sus propias modalidades, caracteres, cualidades y polaridades, así como el medio ambiente que los rodee, haciéndose en esa forma directores del juego en vez de meras fichas: causas en vez de efectos.

Pero, tanto arriba como abajo, la ley está siempre en operación, la doctrina hermética dice que el hombre puede emplear la ley contra las leyes, que lo superior siempre prevalecerá contra lo inferior, hasta que el hombre haya alcanzado aquel estado en el que buscará refugio en la ley misma y podrá evadirse de todas las leyes fenomenales.

GENERO: EL GENERO ESTA EN TODO, TODO TIENE SU PRINCIPIO MASCULINO Y FEMENINO; EL GENERO SE MANIFIESTA EN TODOS LOS PLANOS.

El séptimo gran principio hermético –el principio de género- encierra la verdad de que el género se manifiesta en todas las formas, de que los principios masculinos y femeninos están siempre presentes en plena actividad en todos los fenómenos y en cada uno de los planos de la vida. En

 este punto es bueno llamar la atención sobre el hecho de que el género, en su sentido hermético, y es sexo, en la aceptación ordinariamente aceptada del término, no son los mismos.

La palabra “genero” deriva de la raíz latina que significa ‘concebir, procrear, generar, crear, producir’. Y en general que el término “sexo”, pues este se refiere a las distinciones físicas entre los seres machos y hombres. El sexo no es más que una mera manifestación de género. El oficio de género es solamente el de crear producir, generar, etc. Y sus manifestaciones son visibles en todos los planos fenomenales. En primer lugar, encontramos una manifestación distinta del principio del genero entre los corpúsculos, iones o electrones, que constituyen las bases de la materia como la ciencia lo reconoce actualmente y que al constituir determinadas combinaciones, forman el átomo, que anteriormente se consideraba como el punto final e indivisible.

La última palabra de la ciencia es que el átomo está compuesto por una multitud de corpúsculos, electrones o iones (diversos nombres de la misma cosa), que giran unos en torno de otros y vibran con un elevado grado de intensidad. Los corpúsculos positivos parecen ejercer cierta influencia sobre los negativos, impulsando a estos a constituir ciertas combinaciones que dan como resultado la “creación” o “generación” de un átomo. Y esto está perfectamente de acuerdo con las más antiguas enseñanzas herméticas  que han identificado siempre el principio masculino del genero con lo “positivo” y el femenino con lo “negativo”, como en la electricidad, de manera pues, que existen poderosas razones que impulsan a rechazar el término “negativo” insistiendo en sustituirlo por la palabra “femenino” en vez del termino antiguo. Los hechos nos conducen a esto, sin tener en cuenta para nada la doctrina hermética, y, por consiguiente, emplearemos la palabra “femenino” en vez de “negativo” al hablar de dicho polo de actividad.

Las últimas enseñanzas científicas dicen que los corpúsculos o electrones creadores son femeninos.

Un corpúsculo femenino se destaca, o mejor dicho, deja a un corpúsculo masculino y comienza una nueva carrera. Cuando un corpúsculo femenino se une a otro masculino, empieza determinado proceso, este nuevo átomo está compuesto realmente por una unión de electrones masculinos y femeninos. Estos electrones o corpúsculos son los obreros más activos en el campo de la naturaleza. El papel del principio masculino parece ser el de dirigir a cierta energía inherente hacia el principio femenino poniendo así en actividad el proceso creador. Las enseñanzas herméticas comprenden en gran parte la operación de los principios del género en la producción y manifestación de las diversas formas de energía.

La teoría eléctrica del universo es la última doctrina científica hermética, y está adquiriendo rápidamente gran popularidad y aceptación.

GENERO MENTAL: Otros autores han llamado igualmente la atención con sus teorías referentes a las mente “consiente y subconsciente”, mentes voluntaria e involuntaria, mente activa y pasiva etc. Esas teorías podrán diferir según cada autor, pero siempre queda el principio básico que es el de la dualidad mental. El principió masculino de la mente corresponde a la llamada mente objetiva, consideremos ahora las enseñanzas herméticas concernientes al género mental. Los instructores hermético imparten enseñanzas concernientes a este punto, pidiendo a sus discípulos que se atengan al proceso de su propia conciencia, a su propio yo. Si bien el principio parece que solo  existe un único yo un examen más cuidadoso revela que existe un yo y un mí.

Comencemos considerando el “mi” que generalmente se confunde con el “yo” si no se profundiza mucho en los receso de la conciencia. El hombre sabe que estas emociones y sentimientos cambian, que nacen y mueren, que están sujetos al principio del ritmo y al de la polaridad, cuyos principios lo llevan de un extremo a otro.

El “mi” de muchos hombres está compuesto en gran parte de la conciencia que tiene de su propio cuerpo y de sus apetitos físicos. No pueden concebirse sin él. Su mente le parece que es algo “que pertenece” a su cuerpo lo que, en muchos casos, es realmente cierto, pero aun entonces es muy capaz de identificar el ‘mi’ completamente con sus estados mentales, sensaciones, etc. Que siente existen dentro de él. Puede comprobar también que esos estados cambian mediante un esfuerzo volitivo, y que es capaz de producir una sensación o estado de naturaleza completamente opuesta de la misma manera y sin embargo sigue existiendo siempre el mismo “mi”. Después de realizado ese ejercicio el discípulo se encontrara en posición consiente de un “ser” que puede ser considerado bajo su doble aspecto del “yo” y de “mi”. También se experimenta que el “yo” puede permanecer aparte, testigo de las operaciones o creaciones del “mi” este doble aspecto existe en la mente de toda persona el “yo” representa el principio masculino del genero mental y el “mi” el principio femenino.

La tendencia del principio femenino es siempre la de recibir impresiones, mientras que la tendencia del masculino es a darlas o a expresarlas. Las personas que pueden prestar continuada atención a un sujeto emplean activamente ambos principios mentales: el femenino, en el trabajo activo de la generación mental, y el masculino en estimular y dar energía a la porción creadora de la mente.

En los fenómenos telepáticos de ver que la energía vibratoria del principio masculino se proyecta había el principio femenino de otra persona, y que esta última absorbe ese pensamiento y le permite desarrollarlo y madurarlo. El proceso normal es que el principio masculino y el femenino de una persona obren  coordinadamente y armoniosamente conjuntamente, desgraciadamente, el principio masculino del hombre, corriente es demasiado inerte y perezoso para obrar y el y el despliegue del poder volitivo es muy ligero y, en consecuencia, la mayoría está dirigida por la mentes y voluntades de los demás a quienes se permite querer y pensar por uno mismo.

El hombre fuerte del mundo manifiesta invariablemente el principio masculino de voluntad y su fuerza depende materialmente de este hecho, contémplese un hombre fuerte y véase como se las arregla para implantar sus gérmenes mentales en la mente de las masas obligándolas así a pensar de acuerdo con sus deseos.

La influencia peculiar que ejerce un hombre sobre otro es debido a la manifestación del género mental según las líneas vibratorias ya indicadas. En realidad la doctrina hermética afirma que la misma creación del universo obedece a dicha ley y que en todas las manifestaciones creadoras sobre los planos espirituales, mental, y físico, siempre está en operación el principio de género, el principio realmente trabaja en la práctica porque está basado sobre las leyes universales e inmutables de la vida.

Los hechos principales señalados en esas obras son exactos aunque los diversos autores tratan de explicarlos por las diferentes teorías de su propia cosecha. El objeto de esta obra no es el de dar una explicación extensa de los fenómenos psíquicos sino más bien el de indicar sencillamente la clave maestra que abre las muchas puertas que conducen al tiempo del saber, si se desea explorar su interior, con la ayuda del Kybalion se puede entrar en cualquier biblioteca, pues la antigua luz de Egipto iluminara las paginas confusas y los problemas obscuros. Este es el verdadero objeto de esta obra y que sirva para conciliar todas las teorías, por diferentes u opuestas que parezcan.

AXIOMAS HERMETICOS: La posesión del conocimiento, si no va acompañada por una manifestación y expresión en la práctica y en la obra, es lo mismo que el enterrar metales preciosos una cosa vana e inútil. El conocimiento lo mismo que la fortuna, deben emplearse. La ley del uso es universal, y el que la viola sufre por haberse puesto en conflicto con las fuerzas naturales.

Las enseñanzas herméticas han sido cuidadosamente mantenidas en secreto, en el corazón de sus afortunados poseedores por las razones ya expuestas pero nunca se pensó en mantenerlas siempre así. Para cambiar vuestra característica o estado mental cambiad vuestra vibración.

Uno puede cambiar sus vibraciones mentales, mediante un esfuerzo de la voluntad, fijando la atención deliberadamente sobre el estado deseado. La voluntad es la que dirige a la atención y esta es la que cambia la vibración.

Para destruir un grado de vibración no deseable póngase en operación el principio de polaridad y concéntrese a la atención en el polo opuesto al que se desea suprimir. Lo no deseable se mata cambiando su polaridad.

Algunos autores han expresado esta idea ilustrándola con el ejemplo de una habitación obscura. No hay que perder el tiempo tratando de arrojar afuera a la obscuridad si no que es muchísimo mejor abrir las ventanas y dejar entrar la luz, y la obscuridad desaparecerá por si sola. Cambiando la polaridad pueden dominarse las modalidades y estados mentales, rehaciendo toda la disposición propia y construyendo así el cáncer.

La mente así como los metales y los elementos, puede tramontarse de grado en grado de condición en condición, de polo a polo, de vibración en vibración.

Si comprendemos este principio podemos cambiar nuestra propia polaridad así como la de los demás, siempre que dediquemos a ello el tiempo, el cuidado, el estudio y la practica necesarios para dominar ese arte.

El ritmo puede neutralizarse mediante el arte de la polarización. Los herméticos enseñan además que la ley de la neutralización nos capacita en gran extensión a sobreponernos a la operación del ritmo en la conciencia. Esta se efectúa polarizándose en el yo superior, elevando así las vibraciones mentales del ego sobre el plano de conciencia ordinario. El hermético avanzado se polariza en el polo positivo de su ser el yo soy más bien que en el polo de su personalidad, y reusando y negando la operación del ritmo, se eleva sobre su plano de conciencia permaneciendo firme en su afirmación de ser, y la oscilación pasa en el plano inferior, sin cambiar para nada su propia polaridad. Solo es posible sobreponerse a una ley equilibrándola con otra, manteniendo así el equilibrio, aun los seres más elevados están sujetos a este principio según se manifiesta en los planos superiores, pero en los inferiores son señores y no esclavos.

El sabio sirve en lo superior, pero rige en lo inferior. Obedece a las leyes que están por encima de él, pero su propio plano y en las que están por debajo de él, rige y ordena sin embargo al hacerlo, forma parte del principio en vez de oponerse al mismo. El sabio se sumerge en la ley y comprendiendo sus movimientos opera en ella en vez de ser su ciego esclavo. Aquel que esto comprenda va  en el buen camino que conduce a la maestría.

La verdadera transmutación hermética es un arte mental. El todo es mente; el universo es mental. Al amparo de tales premisas fue creciendo paulatinamente el árbol de la ciencia hermética que reconocemos como sus raíces al Kybalion. Y este último resumen de un conocimiento intemporal encontró Hermes Trismegisto a su más consumado mentor y mensajero el Kybalion es, pues, una exposición sincera y rotunda de los esquemas básicos des esoterismo y como muy bien lo señala los tres iniciados no se proponen erigir un nuevo templo de la sabiduría si no poner manos del investigador la llave que abrirá las numerosas puertas internas que conducen hacia el templo del misterio.   

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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